El último gudari

La trama se sitúa en el País Vasco en el año 2005. ETA se va acercando a su fin, la presión policial cada vez es mayor, Francia ha empezado a cooperar con la justicia española y la propia organización está en crisis. En este contexto tenemos a dos policías, Alkorta y Reyes, que, a partir de la documentación incautada a un comando desarticulado, van a intentar detener a otro comando, el más sanguinario de los que en esos momentos están en activo. Y, de paso, intentan estrechar el cerco en torno al escurridizo Arrano, un jefe de ETA huido a Francia.

Por una parte tenemos las pesquisas de Alkorta y Reyes, los pasos que van dando para identificar etarras y colaboradores. Por otro, a Xabi, un concejal que no se calla y que la banda terrorista tiene en su punto de mira. Igualmente, seguiremos a Lierni, uno de los miembros del comando cuya desarticulación da inicio a la novela. Finalmente, a Jone, abogada de etarras que considera que la banda no está yendo por buen camino y debe replantearse su actividad, dirigiéndose hacia una tregua. Y unos cuantos personajes más que no pueden calificarse de secundarios.

Reconozco que durante mucho tiempo me he estado negando a leer libros sobre el conflicto vasco y sobre el terrorismo de ETA. El asunto está demasiado cerca en el espacio y en el tiempo. Lo he vivido en la realidad y no me apetece vivirlo en la literatura. Pero reconozco que es un tema que puede dar lugar a historias literarias muy interesantes y, por eso, aunque sea con cuentagotas, me voy acercando al mismo. Por ejemplo, aún no me he atrevido con la famosa “Patria”. No obstante, novelas como esta que abordan el tema como si de una novela policíaca o un thriller se tratara, me atraen más. Esta novela me dio buenas vibraciones cuando la vi en el catálogo de novedades de Ediciones B y me decidí a dejar de lado mis prejuicios y leerla. Y qué bien hice: como os he dicho al principio, me ha encantado, le doy la máxima valoración y va directa a mis mejores lecturas del año.

Me ha gustado mucho cómo aborda Nacarino la cuestión, desde todos los puntos de vista. Da una visión muy completa de lo que fueron aquellos años y eso lo consigue a través de una novela coral en la que se entrecruzan constantemente varias historias paralelas.

Tenemos, por ejemplo, la trama de Lierni que es detenida al principio de la novela e ingresada en prisión. Esta trama da pie al autor para contar cómo era la vida de los etarras en las cárceles, alejados de los presos comunes pero por indicación de la organización que no les permitía hacer cursos, actividades, en fin, relacionarse con los presos comunes. La presión en la cárcel sigue siendo tan fuerte como lo era fuera, controlando que ningún preso se salga del redil y, Dios no lo quiera, se arrepienta de lo que hizo. al mismo tiempo conoceremos a la madre de Lierni que acude mensualmente a visitarla en un autobús fletado por la organización. Igualmente, recibe ayudas pero, claro, eso también tiene su contrapartida pues se le exige que participe activamente en manifestaciones y que demuestre su vinculación con las ideas de la banda.

Luego tenemos a los dos policías encargados de luchar contra la banda terrorista. Conoceremos sus métodos, la dureza de una profesión que les pone en riesgo continuamente y que les aleja de sus familias y de una vida normal. Toda la trama relativamente a Reyes y Alkorta es una trama puramente policial.

Tenemos también a las víctimas: amenazados, asesinados y secuestrados. Conoceremos la vida de un concejal amenazado por ETA, lo mal que le miran en su pueblo, sus convecinos, cómo reaccionan su mujer y su hijo. Y sabremos de los escoltas que durante tantos años seguían como sombras a mucha gente en Euskadi. También conoceremos a un secuestrado que lleva como un año metido en un zulo.

Por supuesto, conoceremos a los terroristas y su entorno. Los que ya tienen delitos de sangre, los cabezas pensantes, los huidos, la cantera… La gente que les apoya, la gente que tiene miedo y no hace nada, las extorsiones a empresarios…

En fin, ya veis que es un libro completísimo que aborda todos los puntos de vista y nos deja hacernos una idea cabal de cómo se vivía por aquí en aquellos años. La ambientación es fantástica y la caracterización de los personajes también. Es una novela coral en la que la mayor parte de los personajes tiene una importancia similar y cuyos caracteres están desarrollados con mimo, pretendiendo dar una idea de sus motivaciones y su forma de actuar.

“El último gudari” es una novela entretenidísima, prácticamente un thriller. Son más de setecientas cincuenta páginas pero os aseguro que se hace corto. Yo lo he leído con avidez y he de reconocer que ha habido momentos en que me ha emocionado hasta las lágrimas.

Por cierto, la historia en sí es ficticia, los personajes no son reales. No obstante, lo que cuenta ocurrió de forma similar a personajes muy similares, ya lo sabéis.

Conclusión final

He disfrutado muchísimo de este libro y, sin duda, os lo recomiendo.
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