Me resultó algo pesado, pero por el vocabulario que usa, muy decorado y típico de época. El libro me ha gustado bastante por la capacidad de Manuel Moyano de poder mezclar historia y fantasía algo que respeto y verdaderamente admiro. Es bastante corto y se desarrolla rápido, en pequeñas historias. La forma de narrar me recordó un poco al Lazarillo de Tormes puesto que es el mismo niño quién narra la historia siendo ya adulto. Como apartes que me han gustado bastante, el hecho de que las ilustraciones ayuden tanto a imaginar los personajes y que el protagonista no lo sepa todo y que su mente infantil le haga confundir detalles. No tengo nada en contra de este libro y posiblemente me lo volvería a leer. |