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Esta vez no ha podido ser y he de confesar que «Hierba Mora» ha sido una enorme decepción como lectora. Pese a ser una novela que me llamaba muchísimo la atención, tener una premisa interesantísima y un mensaje que para mi es muy importante, no he conectado en absoluto con la narración. La novela toma como punto de partido a dos personajes históricos del S. XVII, Christina de Suecia y Hélène Jans cuyas vidas están conectadas por su relación con el filósofo Descartes. En otro plano temporal, un personaje ficticio, Inés Andrade redescubre y reescribe la vida de estás mujeres rebeldes e inconformistas. La novela mezcla poemas, cartas, extractos de un herbolario, conversaciones… que queréis que os diga, verdaderamente parecía que lo tenía todo para atraparme. Me parecía una mezcla estupenda de historia, naturaleza, filosofía, feminismo… Sin embargo a medida que avanzaba la lectura, me iba desencantado con el estilo narrativo que me sacaba continuamente de la historia. Me ha resultado muy repetitivo: en lugar de presentar personajes con psicologías profundas y desarrollo sentía que se limitaba a describir una y otra vez sus supuestas cualidades de forma machacona. Además, todo giro es desvelado antes de que ocurra y no porque sea previsible si no porque se exponen explícitamente antes de que ocurran. Si tenía alguna duda sobre la novela, la última parte me la ha resuelto, si bien la magia de la literatura es capaz de hacerte empatizar con personajes y situaciones muy distintas a las propias, en esta parte la protagonista tiene mi edad y realiza, como yo hasta hace poco, una tesis cuyo tema, además, me parece fascinante. Eso si, sus reflexiones y sus intercambios con su tutor me han parecido de un pueril bastante insoportable. |
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