Cuidado, las páginas de este libro son puro caramelo, almíbar y colores brillantes. Se lee con mucha facilidad, y claro que sí, empieza todo mal, y termina todo bien. Donde hay románticismo lo hay en grandes dosis, donde hay mal humor, hasta rasgarse las vestiduras. Hay artistas, hay ancianos encantadores y compinches, hay gente de mala leche, hay un personaje gay y hay un entorno encantador: un viejo café de barrio y un conventillo de Buenos Aires, en una barriada céntrica, memoriosa y antigua como es San Telmo. Para mi gusto, es un poco empalagosa. |