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Su inicio atrapa, cada vez que habla de sus fantasmas tiene toda mi atención. Pero imaginaos la siguiente situación: Tenéis a vuestro lado a un par de personas que se conocen de toda la vida. Que hablan a menudo, que comparten secretos, que han vivido de todo juntas y tienen una conexión tan fuerte que enseguida se entienden. Vosotros también las conocéis, pero no tanto. Y entonces, empiezan a cuchichear. A hablar entre ellas en voz más alta, pero en ese código secreto con el que se comunican entre sí las personas que se conocen tanto entre sí que casi se leen el pensamiento. ¿Os sentís excluidos, verdad? Pues así me he sentido yo con este libro y la simbología que contiene. Toca temas que todos hemos vivido. Enlaza la vida, el amor y la muerte de manera única. Y, sin embargo, me excluye de la última capa que da sentido a todo. Por eso, aunque en Goodreads rece un "4 estrellas", en realidad es 3.5. Y me cuesta puntuarlo siquiera, porque no consigo ver el libro en su totalidad por este motivo, así que me resulta difícil de puntuar. Quiero leer más de esta autora. Espero que en sus otras obras no me pase lo mismo... |
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