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Tercer libro de esta saga de Sarah Morgan. Leí el segundo y me gustó. Y como quería saber más de este grupo de amigas y de su empresa organizadora de eventos ( que te organizan tanto un banquete de boda como que alguien se encargue de sacar a pasear a tu perro) siempre con profesionalidad, encanto y glamour. Y os preguntaréis, porque está diciendo todo esto, pues porque el inicio del libro gira en torno a uno de los contratos de la empresa. Una clienta (amiga), contrata específicamente a Eva para que aprovisione la despensa y el frigorífico en casa de su nieto Lucas, además de decorar su casa en su ausencia. Un trabajo que Eva acepta encantada para poder estar ocupada y distraerse en Navidad. Por lo que decide pasar unos días en el ático para llevar a cabo la tarea. Todo parece perfecto hasta que descubre que Lucas no está en Vermont escribiendo su próxima novela, sino que se encuentra recluido y escondido en su propia casa. ¿Qué pasará a continuación? ¿Podrá Eva realizar el trabajo? ¿Por qué accedería Lucas a compartir su casa con una completa desconocida? En cuanto a los personajes..... Eva es romántica, adora la Navidad, es generosa, algo charlatana, demasiado sincera, cocina delicias y no soporta que las historias no tengan un final feliz. Lucas es sagaz, escritor de thriller que adora escribir sobre asesinatos y criminales, circunspecto en sus relaciones y no cree en el amor, una relación pasada hizo mella en su corazón y ya no cree en los finales felices. Y que pasa cuando reúnes bajo el mismo techo durante una nevada a un grinch con un oso amoroso..... Pues que pueden saltar chispas....... No os voy a decir más. Sarah Morgan, con su estilo fresco, nos envuelve y nos hace disfrutar mientras vamos conociendo las dinámicas que se establecen en esta extraña pareja de baile, mientras nos habla de la familia, del amor, del duelo, de las segundas oportunidades, del desamor, de la amistad y por supuesto de la Navidad. Os la recomiendo sin ninguna duda. |
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