Motel Discordia

Estoy escribiendo esta reseña casi una semana después de haber acabado de leer la novela, pero el caso es que aún sigo sin saber como abordar todo lo que quiero decir y no he podido asimilar aún una historia grotesca y macabra de tales dimensiones. Lo único que tengo claro, es que no me voy a olvidar de ella nunca.

Antes de ponerte a leerla, despídete de tu cordura y tu sentido común, porque aquí dentro lo vas a perder todo, incluso a ti mismo. La confusión reina en todo el tiempo que te pasas leyendo, tratando de iniciar tus propias cavilaciones y teorías y aunque muchas de ellas se acerquen a lo que realmente está pasando, el autor siempre consigue darle un nuevo matiz oscuro. Su estilo y su organización me han parecido sublimes.

Siempre digo que me considero amante del terror, pero ahora que he leído algo así, puedo afirmar que aún me queda mucho camino que recorrer. Se ha ido directo a mis favoritos de este género, ha sido tan extremo, que muchas veces tenía que respirar hondo y apartar mis pensamientos de las páginas, porque temía no poder regresar al mundo real después. Sin duda, lo de jugar con las sensaciones del lector se le ha dado de escandalo. Una vez acabado, quise volver a leerlo para poder captar todo eso que seguro que me he ido dejando por el camino.

Sabiendo que es su primera novela, me dejó con la boca abierta. ¿Qué es este talento oscuro que acabo de descubrir? Una montaña rusa de un parque del terror, llena de confusión, escenas muy gore, sangr*entas, llenas de maldad, locura y muy explícitas. No creo que sea recomendable para las personas más sensibles, ya que también se encuentras temas complicados. Yo ya he avisado, del Motel Discordia no se sale una vez que se ha entrado.

Seguir los pasos de Drévor, que es un personaje inestable, enloquecido, perturbado y en una búsqueda constante de sensaciones ha sido increíble. Porque no solo hemos podido vislumbrar pasajes donde la psicología jugaba un papel importante, si no porque nos hace partícipes de todo tipo de locuras, sin la oportunidad de poder levantar la vista. Mientras más cosas malas pasaban, más quería leer.