Idolos Barbaros,Los

He contemplado los ídolos bárbaros pero ahora no los temo. Los ídolos bárbaros no son más que invenciones de los hombres. Los llevamos adentro, los hemos creado nosotros. Su nombre es odio, envidia, miedo, celos e ignorancia; se apoderan de nosotros y nos llevan hacia la perdición. Lo he comprendido y he encontrado la paz interior. Debí presentirla en mi juventud, pero era demasiado pronto.

El destino es como la tempestad. Primero, un soplo ínfimo, una brisa de altitud que empuja, cual exploradoras, a unas nubes blancas en azul límpido; después, una borrasca repentina infiltra su vanguardia ventosa hacia los valles, antes apacibles

-El ser humano está tan lleno de mal muchacho- me dijo Domenico Bassano al día siguiente, mientras volvía a poner el diamante en su joyero-, que lo que es noble y bueno se le escapa al principio. Sólo había pensado en la posibilidad de la traición. Me has enseñado que lo justo prevalece sobre lo injusto, lo bello sobre lo feo, lo puro sobre lo impuro. Llegarás lejos, muchacho.