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Leer a Jesús Montiel es meditar. Para dicho trance no es necesario escoger la postura correcta, entornar los ojos, o acompasar la respiración; basta con dejarse llevar por la lectura y ser consciente de su significado. “El poema como pértiga, para alcanzar el suelo.” La presente obra, editada por Pre-Textos, comprende la edición conjunta de dos de sus obras anteriores, “Notas a pie de instante” y “El amén de los árboles”, ambas agotadas en sus correspondientes publicaciones originales. Se trata de dos obras breves, pero profundas en cuanto a la penetración de su contenido en el intelecto del lector; una llamada de atención a un saber parar a tiempo (y saber parar el tiempo) observando lo que tenemos delante de nuestros ojos. Allí surgen, si sabemos verlos, los milagros del día a día; esos que la rutina, el trabajo, las prisas, y la cantidad de contaminación que permitimos que ateste nuestras cabezas a través de los medios de comunicación, las redes sociales, y demás generadores de ruido, nublan nuestra consciencia impidiéndonos apreciar momentos únicos y haciendo que la mayoría de los días sean parecidos, ya que aunque pasemos por ellos, nuestra cabeza está en otro sitio. “Lo difícil de vivir es vivir dándonos cuenta.” En su redacción, Jesús entremezcla situaciones biográficas, reflexiones, metáforas, frases aisladas, e instantes únicos que cada lector interpretará a su manera, viajando a lugares que ya conocía, pero que a buen seguro no recordaba, así como a otros que estando ahí, jamás se había percatado de ellos. “Agendar lo prescindible: revolución.” Siempre he defendido que no hay libros imprescindibles ni necesarios, pero sin duda, este es más necesario que otros muchos. “Se necesitan muchos años de ensayos para estar vivos un solo segundo.” |
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