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No sé cuántas veces durante esta lectura cerré el libro para asegurarme de su título. ¡Qué sinvivir! Ninguna otra novela de la autora me había hecho sufrir tanto. En esta novela acompañamos a Emily en su intento de convertirse en escritora, pero no lo tendrá nada fácil: en su camino encontrará gente que le engaña, sus apoyos de siempre desaparecen por diferentes circunstancias, y la soledad hará mella en su carácter hasta llegar a cambiar completamente de actitud... Me ha parecido que la autora ha descrito a la perfección la psicología de este personaje y no me queda ninguna duda de lo que se suele afirmar: que Emily es una especie de alter ego de ella misma. de hecho, he disfrutado mucho de algunos guiños a su primera obra... Aunque en este libro no hay tanta comedia como en otros, la verdad es que también hay fragmentos brillantes de los que combinan lágrimas de tristeza con una sonrisa y algún episodio surrealista para morirse de la risa. Y una vez más L.M. Montgomery deja patente que es una maestra en plasmar el paso del tiempo y la nostalgia de la infancia. |
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