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Desde el primer libro me declaré fan de Ana, de sus ocurrencias, de su forma de ver la vida, de su cansines (porque si, Ana es cansina pero es tan adorable que no puedes odiarla por ello, al menos a mi me fue imposible) El amor trae de cabeza a Ana, los pretendientes no le sobran ni tampoco las pedidas de mano, pero Ana espera por él, algo dentro de ella sabe que tiene que ser él y sólo él, aunque sea un poco terca y no sea capaz de demostrarlo o aceptarlo. Y eso me encanta, que pese a que tenga que existir relaciones de amor, y para Ana sea algo maravilloso, fantástico y de colorines con brilli brilli, el amor es el necesario, no es pesado, es el justo para que pudiera sobrevivir a la lectura. Igualmente es totalmente normal que este libro este casi lleno de amor, es la edad y digamos que en la época era lo que tocaba, bodas, nuevos enamoramientos, marchas por una nueva vida juntos… Y es por eso que tampoco me decepcionó, porque realmente era lo que tocaba. Ana, la de la isla, tiene que tomar algunas decisiones importantes, no sólo en el amor, como ya comentaba, en los estudios, y decisiones que en el futuro pueden traer consecuencias; pero Ana, siempre sabe que camino debe tomar y nunca decepciona (a mi, como lectora, quiero decir) Gatos, salen gatos ¿Cómo no voy a amar este libro hasta el infinito más allá ir y volver? Es imposible no hacerlo, sobre todo por el significado tras ellos, las nuevas experiencias, el conocerse realmente y porque si. (Lo siento, son gatetes no puedo buscar que decir bueno de que aparezcan en un libro, porque lo tienen todo) Reseña completa en: https://pinguinalectora.wordpress.com |
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