En esta historia Ana Shirley está a caballo entre la niñez y la adultez. Por ello, nos encontramos a una protagonista con más madurez, aunque no pierde la esencia del anterior libro y con alguna que otra escena llena de risas. . Una trama más pausada, con momentos para reflexionar sobre la sociedad de aquel entonces. Escenas inocentes, de amor incondicional que te llenan de ternura. Me ha encantado ver la evolución de la protagonista, acompañarla en el nuevo reto que es, el primer trabajo. |