Sempiterna, Mizu. Compañera de vida: Rota hasta los cimientos

Para empezar el título del libro  me ha parecido la mezcla de siempre eterna. Algo que cobra mucho sentido cuando vas avanzando  en su lectura. 


Sempiterna es un adiós. Un adiós interminable y desesperado. Un canto a la tristeza de la perdida de un ser querido y a las consecuencias de esa pérdida. 

La depresión que inunda cada esquina y recoveco de nuestras vidas cuando la pérdida nos supera y no vemos una luz al final del túnel. 


Todo expresado con una prosa  poética hermosa y emotiva que nos transmite el amor y la dulzura de la autora. 

Son capítulos muy cortos. Tan cortos como de  una sola página. 

Y después de hundirse hasta lo más hondo queda  recuperarse y resurgir. Llenarse de esperanza para volver a ser un alma libre de dolor sin olvidar los buenos recuerdos. 


También es un gracias enorme hacia personas que se han mantenido ahí cuando más falta hacían. 


Una oscuridad que lo llena todo, que nos envuelve y nos hunde, una tristeza tan grande que nos abraza y asfixia hasta cortarnos la respiración. Y es ahí, cuando el oxígeno se hace necesario, que hacemos el esfuerzo de renacer de nuestros cenizas para recuperar parte de nuestra vida. 


Dolor, mucho dolor. Un dolor inmenso que impregna cada página. Y que cuando avanza termina por convertirse en gratitud hacia su mascota y por eso está belleza de historia. 



"No intentes hacer daño a quien la vida ha disparado con toda clase de balas". 

"Hoy he visto florecer la primavera, entre las grietas de mi propio invierno". 


El único inconveniente que le veo es que hay momentos en los que se repite en exceso sobre algunas cosas concretas. Pero creo que son parte del duelo, de la depresión, del diario de esos primeros días de desesperación ante la perdida. 


Merece la pena dedicarle una tarde y conocer a Mizu. 


Millones de gracias a la autora por su paciencia conmigo porque hace meses que la tengo en espera.