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Se trata de un libro de prosa poética, género que nunca había leído, porque la verdad, no me llama mucho la atención, y aunque al principio me ha costado, poco a poco le he cogido el ritmo, aún así ha sido una experiencia muy satisfactoria. Es un libro que está escrito con un profundo sentimiento que puede apreciarse conforme vas avanzando en su lectura. Está dividido en tres partes: prosas tristes, prosas de esperanza y prosas de amor. En ellas, se ve la evolución de unos sentimientos profundos de tristeza y desesperanza que se van transformando y haciéndose poco a poco más alegres, hasta desembocar en las prosas más joviales dedicadas al amor. Lo consigue a través de pequeños textos conmovedores que se leen muy rápido. Personalmente, las que más me han gustado han sido las de esperanza puesto que tienen el equilibrio perfecto entre lo malo y lo bueno, entre la tristeza y la alegría. Me ha llamado mucho la atención la reiterada mención a los relojes, a la lluvia, a las estrellas, al mar, a los barcos... muchas de sus metáforas están hechas a partir de ellos y me han transmitido sentimientos de libertad pero a la vez de impaciencia en el caso de los relojes o de tristeza con el continuo repiqueteo de la lluvia. De entre todas destacaría Amarga escritura, que hace referencia al paso del tiempo; Corazón roto en reparación, donde se muestra el deseo y ganas de seguir adelante; Pirata de estrellas del naufragio, un auténtico canto de esperanza u Hoguera de hojas secas, donde se plasma el resurgir tras un pasado duro pero sin olvidarlo y viendo cada día las cicatrices que dejó. Sin duda la autora ha plasmado sus sentimientos en todos y cada uno de los textos que componen este libro, desnudándolos y reflejándolo en el papel maravillosamente bien. |
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