En resumen, un libro flojo. Y para muestra un botón: en la sinopsis indica que la protagonista está de vacaciones en el hotel de su abuelo en el pueblo. Pues no, ella trabaja allí y vive en el pueblo. En un hotel de costa un huésped muere envenenado y la nieta del dueño junto con un grupo de ancianas cotillas (lo mejor del libro, porque tienen gracia aunque no sentido) se dedican a investigar el crimen, empeñadas sobre todo las ancianas en ayudar a la policía. Recuerda a las típicas novelas de Harlequín, sin muchas ínfulas y que se leen muy rápido. Por supuesto, no puede faltar el toque romántico. |