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Tomando como inspiración un hecho real, en el cual la desaparición de una mujer no fue denunciada hasta años después cuando dejó de pagar los recibos de la comunidad, Esteban Moneo ofrece en “El balcón del olvido” un drama familiar con un toque de misterio, que podría ser la historia de tantas y tantas familias ya que, si por algo destaca, es por la cotidianidad de aquello que cuenta. La vida de la familia Trujillo dará un vuelco el día que su hija cumple 18 años. Su padre le entregará como regalo una caja con fotos y cartas de su abuela, de la que apenas guarda ningún recuerdo, sacando a la luz las miserias familiares y llevando al descubrimiento de un cadáver fallecido quince años antes. “El balcón del olvido” es una lectura ágil y entretenida que invita a la reflexión, y en la que, gracias a una narración sencilla y cercana, el autor capta la atención del lector desde las primeras páginas. Consigue algo muy complicado, en mi opinión, y es que, sin tener grandes acontecimientos o misterios que desentrañar, logra atrapar al lector con una historia que no deja de ser el día a día de gente común y corriente. Es una novela de personajes, de personas normales que podrían ser cualquiera de nosotros. Los escenarios, situaciones y relaciones que plantea son fácilmente reconocibles, lo que hace que resulte muy sencillo empatizar, amar u odiar a los distintos personajes. Sentirás rabia e impotencia ante muchas de las vivencias de la protagonista, porque son circunstancias que no son simple ficción, si no situaciones que vemos a nuestro alrededor con más frecuencia de la que nos gustaría. En sus páginas conoceremos la historia de Paloma, una mujer que ha vivido siempre por y para los suyos y que, tras enviudar, decide empezar a vivir para sí misma. Pero esa búsqueda de la propia felicidad se verá empañada por la incomprensión de aquellos que deberían ser los primeros en desearla. Esa lucha entre lo que Paloma quiere y lo que los demás esperan de ella refleja a la perfección cómo muchas veces reprimimos esas ganas de vivir, de hacer, de probar cosas nuevas, por evitar incomodar a los que están a nuestro alrededor, sin pararnos a pensar que nuestra vida es “nuestra” y que, quizá, cuando queramos darnos cuenta, ya sea demasiado tarde. Si por algo destaca “El balcón del olvido” es por el realismo de aquello que cuenta. Conflictos y disputas familiares que aparecen hasta en las mejores familias, envidias, rencores y malos entendidos que se terminan convirtiendo en diferencias insalvables por no aclararlos en su momento. El tema principal que envuelve toda la historia es la soledad, esa soledad no buscada ni deseada a la que se ven abocados muchos mayores, que muestra cuan injustos somos muchas veces los hijos con los padres, condenándolos a ese olvido al que hace referencia el título. “El balcón del olvido” es una novela de esas que, incluso después de terminada, se queda durante tiempo en tu cabeza, y eso es señal de que es una buena historia. |
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