Los chicos perdidos

La trama gira en torno a Enzo, que emprende la aventura de averiguar de dónde procede su don —puede ver todos los seres que nos rodean—. Y es el mayor mentiroso del mundo. En serio, tiene tal capacidad de invención que nunca sabía si lo que contaba era cierto o no. Eso por un lado me ha gustado, me ha recordado un poco al pícaro español por excelencia, mi querido Lazarillo de Tormes, pero por otro me ha tenido algo confundida, porque varias veces a lo largo de la historia me he sentido perdida. Enzo, obviamente, no va solo, sino que lo acompañan un ángel sarcástico, un demonio chiflado, una poderosa aliada y los amigos que hizo en el orfanato. Todos los personajes me han gustado, me ha resultado sencillo cogerles cariño, son un muy buen grupo. Lo único que me ha faltado es ese poquito de romance que esperaba.

Una historia llena de acción, misterio, secretos y mentiras con un ritmo muy ágil. Es la primera parte de una trilogía, así que el final deja con ganas de saber qué pasará con estos chicos y cómo se desarrollarán los amoríos.