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Honestamente fue un libro difícil de leer, tanto por su extensión como por su trama. Los personajes perfectamente creados por Moccia en los dos libros anteriores se desvanecen en cada una de las páginas. Step que había progresado, que había madurado y aprendido a pensar antes de tirarse a los golpes contra todos, que aprendió a amar sin poseer y a centrar sus prioridades, retrocede 50 pasos, volviendo a ser agresivo, celoso, posesivo, mentiroso e infiel. Cada tanto me enojaba con el personaje a tal grado que debía dejar de leer por un rato, ya que sus acciones son realmente despreciables. Babi quien nunca me agradó del todo, se corona como el ser más cruel y manipulador en esta entrega, pues se las ingenia para volver a la vida de Step justo cuando está por casarse con Gin, lanzándole una bala difícil de esquivar, y no conforme con esto, sigue buscándolo una y otra vez hasta convertir a Step en el mismo niño inmaduro del inicio del primer libro. Y Gin, la majestuosa, valiente, ruda y decidida Gin, pierde su esencia por completo, renunciando a todo lo que ama y terminando con el destino más cruel. Se convierte en un personaje de fondo que se consume lentamente a medida que avanza la trama. Si bien agradezco el poder conocer la vida de otros personajes como Pallina, Daniela y Elena seis años más tarde, se abordan como personajes de relleno y se abusa de las descripciones del trabajo de Step, las cuales no aportan nada a la trama. |
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