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Es una novela corta (unas 169 páginas) y que fuera escrita por un autor japonés, me creó un flechazo a primera vista. Quien ha leído o lee literatura asiática sabe que las tramas casi nunca son sencillas y (no sé si ha sido solo mi caso en particular), todos los libros que he leído de literatura asiática han sido libros con un mensaje que lo caracterizaba. Este libro no ha sido una excepción. Un libro que habla del suicidio pero también de la vida. Un libro que está catalogado como literatura juvenil. Y después de leer la trama entiendo por qué. Y es que la ambigüedad que puedes sentir durante la adolescencia se transmite en esta corta novela. El principio del libro no llegaba a conectar con la historia, pero mientras todo avanza, todo acaba entendiéndose y creando una atmósfera cruda, real y muy potente. |
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