La chica de la tormenta

Motus es el sello de Trini Vergara Ediciones especializado en thriller y novela negra que viene pegando fuerte, porque está publicando títulos precedidos de excelentes críticas. Yo he querido sumarme a esta comunidad con “La chica de la tormenta”, una novela de suspense psicológico de interesante premisa que me ha gustado.
A sus veintiséis años, Olivia Meyer trabaja en la administración de servicios de salud en un hospital de Carolina del Norte. Hace dos décadas, ella fue Arden Maynor, la pequeña de seis años que sobrevivió a una terrible experiencia: una noche fue arrastrada hasta un sistema de desagüe pluvial cuando caminaba dormida y pasó tres días aferrada a una alcantarilla hasta que fue rescatada. La operación de búsqueda situó en el mapa a la localidad de Widow Hills y la desgracia trajo publicidad y las donaciones suficientes para ayudarle a terminar su carrera y comprar una casa. Pero la fama tiene un precio y este trauma que creía enterrado bajo infinitas capas regresa para perseguirla cuando despierta, tras otro episodio de sonambulismo, fuera de casa y con un cadáver a sus pies...
Esta es la interesante premisa de una novela en la que su autora ha querido conceder una notoriedad absoluta a Olivia al convertirla en narradora protagonista. Un punto de vista interesante para acaparar toda la atención del lector, revelar su personalidad, entender sus miedos e incluso empatizar con ella, aunque quedan sesgados ciertos matices de los acontecimientos a los que no tiene acceso. Será Olivia, con su voz intimista, quien nos sumerja en una historia de cadencia pausada en su inicio, que se irá agilizando algo conforme nos acercamos a su final y, poco a poco, se hayan ido revelando aquellos detalles que no terminaban de encajar.
En la narración se intercalan extractos de trascripciones de diversa índole como entrevistas a testigos de lo acontecido hace dos décadas, información sobre el sistema de desagüe, informes meteorológicos, registros de llamadas al 911 de vecinos e incluso partes del libro que su madre escribió luego. Todo esto nos pone en antecedentes de lo ocurrido en el pasado y de cómo la atención mediática se hizo eco de la historia, pero son perfectamente obviables la mayoría de ellos, al no aportar nada significativo sobre el terrible suceso, ni servir tampoco para acrecentar el suspense, pero sí que ralentizan la fluidez de la lectura, ya de por si pausada.
Con un lenguaje claro y conciso, y una narrativa muy visual, la autora nos adentra en una historia con una serie de giros inesperados y necesarios para mantener el suspense. El punto fuerte de esta novela recae sobre su protagonista. A través del monólogo interior descubriremos a una mujer atenazada por un pasado que ha vuelto a dar con ella y la golpeará con rotundidad. Sin esperarlo, y por culpa de una desgracia, fue famosa por un tiempo, pero la fama es un arma de doble filo que se volvió en su contra. Aunque no recuerda nada de lo ocurrido durante esos tres días, tan solo la oscuridad y la humedad del ambiente, continúa siendo víctima de terrores nocturnos constantes que se agravan cuando se acerca el aniversario de su terrible experiencia, de la que todavía tiene cicatrices mentales y físicas. Se ha convertido en una mujer distante y cautelosa que vive en la comodidad del anonimato, sin amigos porque eso le da seguridad al evitar que nadie puede volver a explotar su dolor y su trauma. Ha pasado toda su vida contando mentiras por omisión, convertida en alguien con una historia diferente o sin historia alguna.
Sintetizando: “La chica de la tormenta” es una novela de suspense psicológico que va de menos a más, logrando mantenerme enganchada a sus páginas y que, a pesar de sorprenderme con un final inesperado, me ha faltado una mayor dosis de suspense y que la autora profundizase más en un par de personajes secundarios que son clave en la historia. Una historia que en líneas generales me ha gustado, de fácil lectura y ritmo contenido la mayor parte del tiempo. A través de su protagonista, la autora ha querido poner bajo la lupa el daño que puede hacer a las víctimas el acoso mediático si no se sabe gestionar bien. A pesar de haber un asesinato y varios sospechosos, la trama se vuelve realmente interesante en el último tercio. No esperes un thriller para morderte las uñas porque su ritmo no es frenético, pero lo recomiendo a los adictos a este género.

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