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Crítica de carlotenia


carlotenia
05 April 2023
Como os decía, creo que nunca me había enfrentado una novela de este tipo, no sabría cómo clasificarla, tiene un punto de drama rural, también un punto intimista, la lucha de dos mujeres, con momentos de angustia, de crueldad, despotismo, abuso de poder y jerarquía, maltrato... Una novela que despierta muchos sentimientos, que te deja con la boca abierta, en la que no encuentras a nadie bueno, y la verdad es que ha sido toda una sorpresa, no pensaba que me iba a gustar tanto pero ha sido todo un descubrimiento y me alegro muchísimo de haberla leído.

La novela transcurre en un pueblo de Zamora, concretamente Villaveza del Agua, cerca del pueblo natal de la madre de la autora, a finales del siglo XIX, justamente en 1896. Ya sabéis que me gusta investigar acerca de los enclaves de las novelas, y en esta ocasión me ha llamado mucho la atención que el pueblo tenga unos 200 habitantes, no creo que muchos más del momento en el que media la historia. Tiempo y lugar en el que impera la pobreza, y las gentes subsisten de la tierra, tierra que por supuesto no les pertenece, ya que la trabajan para los dueños, que no les pagan, o bien les dan una miseria, o simplemente les dejan quedarse con una nimia parte de la cosecha, lo justo para no morir de hambre, aún así, muchos lo hacían. Los arrendatarios no tenían miramientos y el pueblo aceptaba su suerte como un yugo, intentando tener de lado a la persona más poderosa en el pueblo para que no convirtiera sus vidas en un infierno. Además, con la guerra en ciernes, la juventud tenía que alistarse, aunque algunos se libraban de tal castigo, evidentemente los que tenían medios para esto. Tristemente, muchos de los jóvenes de este pueblo y muchos optaron por alistarse en "sustitución" a los que les podían pagar para que fueran por ellos a casi una muerte segura, para poder dejar algo de dinero a sus familias. Señores, así eran las cosas, y la autora nos lo cuenta en esta novela con toda la crudeza, pero sin exagerar o inventar, todo es realidad.

En este trance y en la época que nos ocupa vamos a conocer a las dos mujeres protagonistas, junto con sus hijos. Garibalda, la cacique que gobierna en el pueblo, una mujer déspota, con obesidad mórbida, viuda de Indalecio, hombre con poder en el pueblo y que ella ha heredado y usado de la peor manera. Desde su casa y desde su silla adaptada a ella controla todo el pueblo y los tiene a todos atemorizados. No necesita ni salir, el párroco acude a su casa y sigue sus órdenes por el pavor que le tiene y las mujeres del pueblo le rinden pleitesia porque las tierras que trabajan sus maridos dependen de ella y de lo (poco) que les quiera conceder a cambio de su labranza. Por otra parte está Atilana, eterna enemiga de la primera desde siempre, no es que tengan diferencias, es que sienten un odio la una por la otra que las consume y no las deja vivir, salpica a todos los que tienen alrededor y no los deja, no ya ser felices, sino simplemente vivir. Atilana acaba de perder a su marido, una persona miserable, de esas que no tienen que estar en este mundo, y con la pérdida de su marido pierde mucho más aún, ya que Garibalda aprovechará para despojarla de lo poco que le queda. Así que el odio se hace más y más grande. Es increíble leer esta novela y ver hasta donde llega el odio humano.

Y como he dicho, su odio y maldad no sólo desarrolla sus tentáculos hacia todo el pueblo, el problema es que abarca a los hijos de ambas. Garibalda tiene tres y Atilana cuatro, a cada cual de los siete más infeliz y desgraciado. Con circunstancias escabrosas, pocos tienen estima a sus madres porque les han desgraciado la vida. Todos quieren una vida nueva y escapar de ahí pero, huérfanos de padre viven bajo un yugo tan grande que les imposible, aunque algunos lo intentarán a sus maneras (algunos con más fortuna que otros).

Es imposible empatizar con cualquiera de estas dos mujeres. No hay protagonista y antagonista, no hay mujer buena en esta historia. al principio de la lectura pensaba que sí, estaba de parte de una de ella, porque vas conociendo circunstancias, vas viendo sacrificios, y piensas que sí. Pero conforme las vas conociendo, te das cuenta de que ambas merecen todo lo que les pase, merecen el final que les da la autora en la novela y no te puedes poner de parte de ninguna de ellas. Porque la crueldad, el odio, la lucha por el poder no puede arrastrar todo en el camino, no puede llevarse por delante a la gente que tienes alrededor. Con algunos de los hijos si empaticé y sufrí, con Bela y Baldo sobre todo, y con Tina, hijos de Atilana, también algo con Tránsito, hija de Garibalda. Con sus hijos no, y con Amparo tampoco. Porque otra cosa que te enseña esta novela es que el odio, la maldad y el ser perverso puede ir en los genes o bien puede ser una herencia, envenenada o no, de tus padres.

También habrá otros personajes secundarios, algunos bastante importantes que pondrán otros puntos de vista al conflicto que remueve a todo el pueblo, que intentarán imponer sensatez y que habría que destacar, como Fernando, un personaje que me ha gustado mucho. Hablando de personajes también tenemos a La Taya, un personaje que no sabría cómo calificar, pero a quien todo el mundo respeta y que me ha parecido super interesante y que da mucho repelús.

Las descripciones del pueblo nos hacen retroceder automáticamente al tiempo de nuestros abuelos o tatarabuelos, a esas películas en blanco y negro en las que abundaban los ancianos, las personas que no sabían leer ni escribir y la pobreza. Me puedo imaginar las casas que las que habitan Garibalda y Atilana, porque son casas que he conocido de pequeña en pueblos y que aún podemos encontrar en la España vaciada. Casas con huertos, corrales, oscuras, con retretes fuera, también la iglesia, aunque es más actual, ya que la antigua iglesia de hundió en 1825. Después de ser reconstruida, a finales del siglo XIX, que es la época en la que transcurre la historia de la sombra de la tierra, fue destruida por un incendio. En 1920 una tormenta provocó un nuevo incendia y se volvió a perder tanto el edificio como los bienes que albergaba. ¿Una maldición? Me ha llamado mucho la atención que una de las cofradías más importantes del pueblo es la cofradía de las Benditas ánimas del Purgatorio. En la novela podemos encontrar también ese tono lúgubre, que destilan las dos protagonistas por si mismas y los secretos, dimes y diretes y chismes de las gentes del pueblo.

La novela está contada en línea directa hacia delante, aunque tendremos algunos hechos del pasado que salen por boca de las protagonistas o que recuerdan para aclarar algunas de las cosas. Y por supuesto, sabremos de dónde viene ese resentimiento y odio de Garibalda y Atilana, la autora va dejando algunas pinceladas para vayamos uniendo cabos, pero tengo que decir que estaban tan ensimismada en la lectura que cuando lo leí de manera explícita fue una gran sorpresa. Y lo entendí todo. Pero la razón de ese odia no podía ser otra que esa, lo que ha movida durante toda la vida a las gentes. En cuanto a la narración, está hecha en tercera persona , y es muy directa y como ya he dicho, visual. Me ha gustado mucho que al inicio de la novela la autora ofrezca una lista de personajes con los nombres, para que nos situemos un poco, porque son nombres de la España más cerrada, de esos pueblos de antaño, que ya no oímos hoy día, y me ha gustado mucho que algunos nombres yo sí los conocía como Indalecio (así se llamaba mi abuelo) y Benigno (así se llamaba el primo de mi abuelo). También las expresiones que usa la autora son las de la época, pero se entiende todo perfectamente.

¿Por qué me ha gustado tanto esta novela? Porque es una historia dura, cruel, de una España rural que no nos queda tan lejos precisamente, que me ha tenido completamente obnubilada. Quería saber más, porqué estas mujeres se comportaban así, qué secretos escondían, porqué eran capaces de hacer todo lo que estaban haciendo, no ya entre ellas, sino por ejemplo a sus propios hijos. Hay escenas y diálogos que ponen los pelos de punta de pura crueldad, que te llevan a preguntarte porqué una mujer puede ser así, y sobre todo como una madre puede permitir y ser conocedora de ciertas cosas sin pararlas, o como el odio puede consumir vidas y vidas enteras. Es una historia que habla de soledad, de desconfianza, de celos, envidias, de buscar el mal para el otro aunque el tuyo venga de camino, da igual morir matando, la cuestión es destrozar al enemigo. Y a mí toda esta trama me ha tenido hipnotizada. Realmente es algo que no esperaba de esta lectura, y os puedo decir que va a ser una de mis lecturas del año. Con personajes la mayoría ruines y despiadados, que te llevan a pensar que se merecen todo lo que les está pasando, con gentes que van al sol que más calienta, aunque se puede entender que sean así por hambre, desesperación o soledad.Vamos a encontrar muchas cosas en esta novela: muertes, palizas, hijos bastardos... Y no olvidemos, vuelvo a repetir, que es algo que no nos pilla tan lejos y eso es lo que sobrecoge. Una novela que te puede provocar desazón, angustia, y que en algunas partes cueste, pero a mí la verdad es que me ha parecido impresionante. Ya sabéis que esta es mi opinión, ya está en vuestras manos elegir si la leéis con las pinceladas que yo os he dado.

Con un título muy acertado, La sombra de la Tierra, porque en este pueblo y estas familias todo lo mueve la tierra, me ha recordado durante toda la lectura a Los Santos Inocentes, y a La casa de Bernarda Alba, así que si os gustan estas obras, seguro que esta novela os apasionará.
Enlace: https://losauguriosdelaluna...
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