La sombra de la tierra

Como os decía, creo que nunca me había enfrentado una novela de este tipo, no sabría cómo clasificarla, tiene un punto de drama rural, también un punto intimista, la lucha de dos mujeres, con momentos de angustia, de crueldad, despotismo, abuso de poder y jerarquía, maltrato... Una novela que despierta muchos sentimientos, que te deja con la boca abierta, en la que no encuentras a nadie bueno, y la verdad es que ha sido toda una sorpresa, no pensaba que me iba a gustar tanto pero ha sido todo un descubrimiento y me alegro muchísimo de haberla leído.

La novela transcurre en un pueblo de Zamora, concretamente Villaveza del Agua, cerca del pueblo natal de la madre de la autora, a finales del siglo XIX, justamente en 1896. Ya sabéis que me gusta investigar acerca de los enclaves de las novelas, y en esta ocasión me ha llamado mucho la atención que el pueblo tenga unos 200 habitantes, no creo que muchos más del momento en el que media la historia. Tiempo y lugar en el que impera la pobreza, y las gentes subsisten de la tierra, tierra que por supuesto no les pertenece, ya que la trabajan para los dueños, que no les pagan, o bien les dan una miseria, o simplemente les dejan quedarse con una nimia parte de la cosecha, lo justo para no morir de hambre, aún así, muchos lo hacían. Los arrendatarios no tenían miramientos y el pueblo aceptaba su suerte como un yugo, intentando tener de lado a la persona más poderosa en el pueblo para que no convirtiera sus vidas en un infierno. Además, con la guerra en ciernes, la juventud tenía que alistarse, aunque algunos se libraban de tal castigo, evidentemente los que tenían medios para esto. Tristemente, muchos de los jóvenes de este pueblo y muchos optaron por alistarse en "sustitución" a los que les podían pagar para que fueran por ellos a casi una muerte segura, para poder dejar algo de dinero a sus familias. Señores, así eran las cosas, y la autora nos lo cuenta en esta novela con toda la crudeza, pero sin exagerar o inventar, todo es realidad.

En este trance y en la época que nos ocupa vamos a conocer a las dos mujeres protagonistas, junto con sus hijos. Garibalda, la cacique que gobierna en el pueblo, una mujer déspota, con obesidad mórbida, viuda de Indalecio, hombre con poder en el pueblo y que ella ha heredado y usado de la peor manera. Desde su casa y desde su silla adaptada a ella controla todo el pueblo y los tiene a todos atemorizados. No necesita ni salir, el párroco acude a su casa y sigue sus órdenes por el pavor que le tiene y las mujeres del pueblo le rinden pleitesia porque las tierras que trabajan sus maridos dependen de ella y de lo (poco) que les quiera conceder a cambio de su labranza. Por otra parte está Atilana, eterna enemiga de la primera desde siempre, no es que tengan diferencias, es que sienten un odio la una por la otra que las consume y no las deja vivir, salpica a todos los que tienen alrededor y no los deja, no ya ser felices, sino simplemente vivir. Atilana acaba de perder a su marido, una persona miserable, de esas que no tienen que estar en este mundo, y con la pérdida de su marido pierde mucho más aún, ya que Garibalda aprovechará para despojarla de lo poco que le queda. Así que el odio se hace más y más grande. Es increíble leer esta novela y ver hasta donde llega el odio humano.

Y como he dicho, su odio y maldad no sólo desarrolla sus tentáculos hacia todo el pueblo, el problema es que abarca a los hijos de ambas. Garibalda tiene tres y Atilana cuatro, a cada cual de los siete más infeliz y desgraciado. Con circunstancias escabrosas, pocos tienen estima a sus madres porque les han desgraciado la vida. Todos quieren una vida nueva y escapar de ahí pero, huérfanos de padre viven bajo un yugo tan grande que les imposible, aunque algunos lo intentarán a sus maneras (algunos con más fortuna que otros).

Es imposible empatizar con cualquiera de estas dos mujeres. No hay protagonista y antagonista, no hay mujer buena en esta historia. al principio de la lectura pensaba que sí, estaba de parte de una de ella, porque vas conociendo circunstancias, vas viendo sacrificios, y piensas que sí. Pero conforme las vas conociendo, te das cuenta de que ambas merecen todo lo que les pase, merecen el final que les da la autora en la novela y no te puedes poner de parte de ninguna de ellas. Porque la crueldad, el odio, la lucha por el poder no puede arrastrar todo en el camino, no puede llevarse por delante a la gente que tienes alrededor. Con algunos de los hijos si empaticé y sufrí, con Bela y Baldo sobre todo, y con Tina, hijos de Atilana, también algo con Tránsito, hija de Garibalda. Con sus hijos no, y con Amparo tampoco. Porque otra cosa que te enseña esta novela es que el odio, la maldad y el ser perverso puede ir en los genes o bien puede ser una herencia, envenenada o no, de tus padres.

También habrá otros personajes secundarios, algunos bastante importantes que pondrán otros puntos de vista al conflicto que remueve a todo el pueblo, que intentarán imponer sensatez y que habría que destacar, como Fernando, un personaje que me ha gustado mucho. Hablando de personajes también tenemos a La Taya, un personaje que no sabría cómo calificar, pero a quien todo el mundo respeta y que me ha parecido super interesante y que da mucho repelús.

Las descripciones del pueblo nos hacen retroceder automáticamente al tiempo de nuestros abuelos o tatarabuelos, a esas películas en blanco y negro en las que abundaban los ancianos, las personas que no sabían leer ni escribir y la pobreza. Me puedo imaginar las casas que las que habitan Garibalda y Atilana, porque son casas que he conocido de pequeña en pueblos y que aún podemos encontrar en la España vaciada. Casas con huertos, corrales, oscuras, con retretes fuera, también la iglesia, aunque es más actual, ya que la antigua iglesia de hundió en 1825. Después de ser reconstruida, a finales del siglo XIX, que es la época en la que transcurre la historia de la sombra de la tierra, fue destruida por un incendio. En 1920 una tormenta provocó un nuevo incendia y se volvió a perder tanto el edificio como los bienes que albergaba. ¿Una maldición? Me ha llamado mucho la atención que una de las cofradías más importantes del pueblo es la cofradía de las Benditas ánimas del Purgatorio. En la novela podemos encontrar también ese tono lúgubre, que destilan las dos protagonistas por si mismas y los secretos, dimes y diretes y chismes de las gentes del pueblo.

La novela está contada en línea directa hacia delante, aunque tendremos algunos hechos del pasado que salen por boca de las protagonistas o que recuerdan para aclarar algunas de las cosas. Y por supuesto, sabremos de dónde viene ese resentimiento y odio de Garibalda y Atilana, la autora va dejando algunas pinceladas para vayamos uniendo cabos, pero tengo que decir que estaban tan ensimismada en la lectura que cuando lo leí de manera explícita fue una gran sorpresa. Y lo entendí todo. Pero la razón de ese odia no podía ser otra que esa, lo que ha movida durante toda la vida a las gentes. En cuanto a la narración, está hecha en tercera persona , y es muy directa y como ya he dicho, visual. Me ha gustado mucho que al inicio de la novela la autora ofrezca una lista de personajes con los nombres, para que nos situemos un poco, porque son nombres de la España más cerrada, de esos pueblos de antaño, que ya no oímos hoy día, y me ha gustado mucho que algunos nombres yo sí los conocía como Indalecio (así se llamaba mi abuelo) y Benigno (así se llamaba el primo de mi abuelo). También las expresiones que usa la autora son las de la época, pero se entiende todo perfectamente.

¿Por qué me ha gustado tanto esta novela? Porque es una historia dura, cruel, de una España rural que no nos queda tan lejos precisamente, que me ha tenido completamente obnubilada. Quería saber más, porqué estas mujeres se comportaban así, qué secretos escondían, porqué eran capaces de hacer todo lo que estaban haciendo, no ya entre ellas, sino por ejemplo a sus propios hijos. Hay escenas y diálogos que ponen los pelos de punta de pura crueldad, que te llevan a preguntarte porqué una mujer puede ser así, y sobre todo como una madre puede permitir y ser conocedora de ciertas cosas sin pararlas, o como el odio puede consumir vidas y vidas enteras. Es una historia que habla de soledad, de desconfianza, de celos, envidias, de buscar el mal para el otro aunque el tuyo venga de camino, da igual morir matando, la cuestión es destrozar al enemigo. Y a mí toda esta trama me ha tenido hipnotizada. Realmente es algo que no esperaba de esta lectura, y os puedo decir que va a ser una de mis lecturas del año. Con personajes la mayoría ruines y despiadados, que te llevan a pensar que se merecen todo lo que les está pasando, con gentes que van al sol que más calienta, aunque se puede entender que sean así por hambre, desesperación o soledad.Vamos a encontrar muchas cosas en esta novela: muertes, palizas, hijos bastardos... Y no olvidemos, vuelvo a repetir, que es algo que no nos pilla tan lejos y eso es lo que sobrecoge. Una novela que te puede provocar desazón, angustia, y que en algunas partes cueste, pero a mí la verdad es que me ha parecido impresionante. Ya sabéis que esta es mi opinión, ya está en vuestras manos elegir si la leéis con las pinceladas que yo os he dado.

Con un título muy acertado, La sombra de la Tierra, porque en este pueblo y estas familias todo lo mueve la tierra, me ha recordado durante toda la lectura a Los Santos Inocentes, y a La casa de Bernarda Alba, así que si os gustan estas obras, seguro que esta novela os apasionará.
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La sombra de la tierra es de esas novelas que más bien me eligen a mí desde que aparecen en las novedades que se presentan, precisamente por ello estaba deseando encontrar un momento entre los compromisos para descubrir si la intuición era buena.

Además el hecho de que la autora sea una reputada actriz y además paisana mía, resultaba un aliciente más para descubrir esta historia.

La sombra de la tierra es un drama rural que nos acerca a la penuria que anclaba a los hombres a la tierra cual esclavos, y nos sitúa en un pueblo pequeño de Zamora en el final del siglo XIX, concretamente en Villaveza del Agua en 1896.

El espacio temporal que abarca la historia es de aproximadamente 2 años, aunque en varias ocasiones descubrimos hechos del pasado para así comprender el porqué están así las circunstancias en el momento de la novela.

En esta ocasión la autora ha querido que las protagonistas sean 2 mujeres las que lleven la voz cantante en el pueblo, el cual se dedica a actuar como palmero a la voz de la que más puede. Precisamente por esto la búsqueda del poder es el hilo conductor de la novela, y esta lucha de poder va a ser sin restricción alguna, caiga quien caiga, y de la cual nadie de los de alrededor va a poder permanecer al margen y mucho menos salir ileso.

La sombra de la tierra nos trae un elenco impresionante de personajes donde las 2 protagonistas serán Atilana y Garibalda, esta última actual caciquesa y opresora del pueblo al que somete al terror sin salir ni siquiera de casa debido a su obesidad y por lo que precisa de adláteres que actúen como sus ojos, y así enterarse de qué ocurre y qué se comenta en la comarca. Por otro lado Atilana lo ha perdido todo y sólo tiene un objetivo, volver a recuperar sus tierras y posicionarse para así dar a sus hijos lo que se merecen, aunque esto no es más que una excusa porque precisamente esa lucha la lleva a renunciar a sus propios hijos al igual que le pasa a Garibalda.

Este enfrentamiento al final se sostiene en el rencor y en el odio, en unos celos que a ninguna de las 2 beneficia en nada más que en saciar su orgullo personal. La causa lejana de esta inquina se la guarda la autora en la recámara para crear ese punto de tensión que irá soltando a pequeñas dosis y así tenerte enganchado a la historia.

Paralelamente a las 2 protagonistas tendremos los personajes que forman la familia de cada una, los cuales se desarrollarán con sus personalidades bien definidas y que, cada uno en su forma, vienen a intentar evadirse de esta situación como puedan, hay que recordar que en estos pueblos las rivalidades era la primera herencia de las familias. Estos personajes se van introduciendo poco a poco y de manera muy esquematizada, aún así en algún momento inicial puedes liarte un poco por lo complicado de los nombres antiguos y que dotan de ambientación ideal a la situación, pero a medida que avanzas los identificas perfectamente, además por si acaso en el inicio tienes un "Dramatis personae" donde aparecen todos los personajes que aparecerán en la obra, curioso por otra parte, para una novela que no llega a las 300 páginas pero que se agradece. Quizás me ha faltado un poco más de extensión para cerrar algún que otro personaje.
También está el resto del pueblo, que como mero espectador o títeres de esta lucha de poder tendrá que apoyar y tomar partido a pesar de que este posicionamiento signifique alejarse de la otra parte.

CONCLUSIÓN:

La sombra de la tierra es una lectura que te va a soltar información en todo momento y donde la autora esconde la misma para que el interés vaya en aumento, con giros en los que destaca la tremenda credibilidad de todo lo que va ocurriendo ya que la historia resulta muy visual y veraz. Una de las claves de esta verdad es que la ambientación nos consigue situar en un pueblo pequeño y donde el miedo, la desconfianza y el qué dirán se adueña del lector al que le llega ese perfil de mujer dura y sufridora con un objetivo en su cabeza y que se mete en tu interior. En esta recreación van a ser fundamentales los silencios que aportan una gran tensión dramática.

La narración en tercera persona es sencilla y natural con la dosis justa de palabras que ahora nos parecen cultas pero que utilizaba la gente que no sabía leer y que ahora hemos perdido, a través del vocabulario la autora nos mete en ambiente. Una narración que a veces se altera a primera persona cuando aparece La taya, un personaje singular que representa a la muerte y que es un poco etéreo ya que ofrece cierta confusión para que cada lector la interprete de una manera.
La sombra de la tierra es un maravilloso debut para Elvira Mínguez que ya se puede denominar escritora (y de las buenas), una novela de personajes de fuerza y sin censura que recuerdan narradores pasados como Cela y Delibes, e incluso a alguno actual como Jesús Carrasco.
Una novela corta que o bien te la devorarás en un suspiro o como ha sido mi caso la dosificarás para disfrutarla un poco más, con un final duro y sorprendente que me ha hecho reflexionar y que incluso ofrece una relectura en breve donde creo que sacaría incluso nuevas interpretaciones.

Una historia dura y contundente, que ofrece traición y agonía, con alguna que otra escena espectacular (retrete), y de la cual sacamos la conclusión de que el odio lo pudre todo y donde se masca que al final nada va a salir bien. También ha puesto en mi cabeza la frase, Dios me libre de los tontos que de los malos ya me libro yo.

Una historia que pide a gritos una mini serie de televisión y que os recomiendo sin dudar.



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En La sombra de la tierra, un narrador cuenta en tercera persona lo que acontece en el pueblo zamorano, de manera que en ocasiones el lector sabe más que los propios personajes. Sin embargo, intercala la primera persona del plural y convierte a sus lectores en parte activa de la novela.
Al principio, Elvira Mínguez nos enumera los distintos personajes que encontraremos a lo largo de la historia con pequeñas características propias, de manera que podamos recurrir a esta lista para conocer en todo momento de quién nos habla. En total, nos encontramos con 13 capítulos que irán avanzando según lo hace el tiempo en la historia, aunque en alguna ocasión encontramos flashbacks que nos harán comprender lo que ocurre en el momento presente. La novela comienza en marzo de 1896 con el entierro de Genaro, el marido de Atilana, y terminará justo dos años
después, en marzo de 1898, con Atilana abandonando su casa y a la única hija que le quedaba.
Elvira Mínguez utiliza un lenguaje acorde a la época en la que está ambientada la novela, con palabras o expresiones que marca en cursiva e incluso con los nombres de los personajes (Herminia, Casilda, Saturio), tradicionales y de la España profunda. Esta es una novela coral, con multitud de personajes de los que el lector irá conociendo más según avance la novela. Entre ellos, las principales protagonistas son Atilana y Garibalda, además de sus familias y varios habitantes del pueblo, que juntas harán tambalear la vida en Villaveza del Agua. Según avanza la novela, el lector descubrirá que Atilana y Garibalda son hermanas y
entenderá el motivo de lucha entre ambas. Tránsito, la hija de Garibalda, acude a Atilana para pedirle ayuda para acabar con su madre. El resto lo tendrá que descubrir el lector.

"La sombra de la tierra" es la primera novela de Elvira Mínguez.

Aunque los inicios de Elvira Mínguez están relacionado con el teatro, ha realizado numerosas películas, como "Dïas contados", cuyo papel de una terrorista de ETA le valió una candidatura al Premio Goya a la mejor actriz revelación así como una mención de la Unión de Actores. Para los amantes de la lectura y el cine, seguramente os suene más de películas como "No culpes al karma de lo que te pasa por gilipollas" o la famosa "Trilogía del Baztán" de Dolores Redondo.

Lo cierto es que yo me adentré en la lectura de "La sombra de la tierra" porque me llamó la atención su sinopsis, no me fijé mucho en el nombre de la autora, y la verdad es que en mi caso, para recordar nombres soy un poco pez. Así que cuando lo descubrí fue toda una sorpresa y tenía más ganas aún si cabe de leerlo.

"La sombra de la tierra" es una novela que me ha cautivado por su narración. Elvira Mínguez usa la tercera persona, pero en ocasiones se dirige de manera directa al lector, como si este fuera un personaje más de la novela. Ese detalle me ha gustado, ya que aporta cercanía entre la historia, la autora y el lector. Además, la narración es muy fluida y amena, la autora no se recrea con grandilocuencias o párrafos enrevesados, más bien todo lo contrario, sencillo y directo. Desde mi punto de vista, esto ayuda a que el lector se pueda adentrar más en la historia.

"La sombra de la tierra" es una historia dura y oscura, que se desarrolla en una España dura, oscura y rural. La autora nos hace un pequeño viaje a un pasado no tan lejano, en el que nos sorprende con un matriarcado en un pueblo en decadencia, lleno de hambre y pobreza. Una época en la que los hijos estaban para trabajar y cuidar de los padres, no para quererlos.

Elvira Mínguez sorprende con una historia sobre dos familias, unidas pero separadas a la vez, y sobre la historia del resto de sus vecinos, ya que todo el pueblo gira entorno a Garibalda, quien lo domina, y a Atilana, su rival, que intenta a la vez alcanzar el poder de Garibalda, pero también lograr salir de su yugo, cultivar sus tierras y sobrevivir. El odio, el rencor y el dolor están presente en cada vecino, sea por un motivo u otro, lo cual hace que toda la historia adquiera un aura más oscura y dura.

La autora se centra en las relaciones, sean de madres a hijos, entre hermanos, parejas o vecinos. Unas relaciones que sacan lo peor del ser humano. Poco a poco, Elvira Mínguez va revelando ciertos datos que pueden sorprender al lector, y se guarda un pequeño as en la manga para finalizar la novela. Aún así, para mi gusto, a la historia le ha faltado algo, una pequeña chispa que me mantuviese más cautivado por la historia.

A pesar de que los personajes están muy bien construidos y perfilados, no he logrado conectar con ninguno de ellos. Quizá sea debido a las diferencias de época y personalidad. Lo cierto es que la autora no deja títere sin cabeza, ya que hasta el cura es lo de más ruin y oscuro. Las descripciones son muy visuales, lo cual ayuda a que el lector se los pueda imaginar a la perfección.

En resumen, "La sombra de la tierra" es una historia de ficción pero que perfectamente podría contener tintes de realidad, entretenida y con una buena narración.

“Nosotros no sabemos querer, nadie nos ha enseñado a hacerlo” ~ La sombra de la tierra de Elvira Mínguez.

Libro cortito y una edición que me ha encantado con el plus de que el cuerpo de letra es muy, muy generoso y a cierta edad se agradece.

Viajamos a España, finales de 1880, un pueblo de Zamora. El hambre y la pobreza marcan la existencia de los habitantes del pueblo así como la vida de dos mujeres: Atilana y Garibalda, enfrentadas desde hace años sin que estén claros los motivos.

Garibalda, además, mantiene al pueblo bajo presión. Es propietaria de las tierras y somete a los campesinos a la explotación.

La historia comienza con la muerte del marido se Atilana y las deudas que este deja. Garibalda ve la ocasión para librarse de su enemiga pero la unión del pueblo y el carácter de Atilana se lo ponen difícil.

He de decir que me costó entrar en la historia, un poco confundida por tanto personaje, pero en cuanto le pillé el punto no pude parar de leer. Me ha gustado muchísimo esta historia y la forma de escribir de la autora. La verdad es que si queréis leer una historia sencilla pero dura, esta es una muy buena opción.