Yo no soy como tú

A veces necesitamos escapar de nuestras paredes por mucho que sean de colores. Necesitamos lo soñado e inalcanzable. Evadirnos, relajarnos o excitarnos. Necesitamos sentir.

Pero sí es fundamental poder enfrentarse a las dudas con buen humor y sobre todo con muchas ganas de adaptarse a las novedades para sacar lo mejor de una misma en cada etapa de la vida.

Siempre agradeceré esos momentos de compañía reconfortantes, esa energía pulgar tan especial capaz de ahuyentar temores y que solo un buen amigo sabe transmitir

Las tres sentadas bien juntitas, con nuestra taza de té de delicada porcelana entre las manos, observándolo todo, con cara de saber con certeza que íbamos a cometer alguna travesura y saboreando a cada sorbito el extraño placer de la incertidumbre.

Yo nunca te he juzgado por ello. He respetado tu vida sexual precisamente porque es tuya.