Segundo libro del fiscal Szacki, y como en el primero, no defrauda en su actuación. Un libro entretenido en el que, en este caso, ha cambiado de ciudad y se encuentra con nuevos casos en un lugar relativamente tranquilo. También vemos las circunstancias del fiscal, su vida privada y sus ligoteos, jejeje, totalmente recomendable. Ahora que no me pidáis que os de los nombres de los personajes porque, para mí, son impronunciables.
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