Me enamoré de la obra de Millás con una de sus primeras novelas: El Mundo. al poco tiempo de descubrirla, tuve la suerte de poder oír una de sus conferencias, y, en ella, aunque no era el objeto de la charla, percibí la conexión personal entre su propia vida y esa obra, entre quién era Millás y su relación con el lenguaje y su particular forma de mirar. Tras haber leído otras muchas obras suyas, todas fascinantes- cada una en su género-; al leer esta novela /diario he recordado aquella primera. En La vida a ratos, Millás nos cuenta, o nos inventa más bien, fragmentos de su propia vida: conversaciones oídas a hurtadillas, amigos con problemas variopintos y casi siempre desconcertantes, recuerdos de estancias en hoteles a lo largo de ciudades desconocidas, anécdotas surrealistas,... y sobre todo, nos hace partícipes de esa forma de mirar, de prestar atención al detalle, en la vida y en las palabras. Creo que es una novela para disfrutar detenidamente, para tomar, leer un par de páginas y dejar reposar. Y reír. Me he reído a carcajadas leyendo algunos pasajes. Y me he reafirmado que sí, que Millás es uno de mis autores favoritos. Aunque a veces se reprima.
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