Hermana X

Ricard Millàs nos presenta una historia de autodescubrimiento, lanzando a la protagonista a los brazos de miles de demonios autodestructivos que lo hacen un viaje psicodélico mezcla de espeluznante y apasionante.

No es un libro fácil de leer, no creo que su autor lo haya escrito con esa finalidad, mi impresión es que la narrativa caótica nos hace más presente el comportamiento errático de su actriz principal, de manera que es fácil ponerse en su piel, vernos en el Dark Horse escuchando como pincha temazos techno, o como deleita su cuerpo con la atención de los espectadores previo pago.

Repito que no es una historia fácil, no es bonita, ni tiene un final conmovedor, es tan real como pudiera ser la historia de cualquier vecino del pueblo o ciudad en la que vives, al que, después de ser sometido a mucha presión y unos castigos demenciales salidos de madre, se le altera el raciocinio y solo quiere llegar a un punto: La rebeldía.

Las ilustraciones le dan muy buen carácter a la obra y se compenetran muy bien con la historia. Es agradable tener una historia tan canalla y tan bien plasmada en acuarela y tinta en las manos