Los últimos días de Nueva París

Lo clasifico con cuatro estrellas, pero me resulta muy difícil ponerle nota.
Es un libro complejo y denso, que seguramente disfrute mucho más alguien que sepa de arte o cuente con cierta sensibilidad hacia el mismo y no tenga el cerebro licuado por una semana infernal o los sentimientos de una piedra, como es mi caso.
Sea una manera u otra, el libro tarda en arrancar. Se apunta a la moda de trastocar la linea temporal y jugar con el orden en una especie de estructura narrativa simétrica. Cuando se unen es una apoteosis.
En cuanto a los personajes, a simple vista llegué a pensar que eran planos, que no me dolería nada malo que pudiera pasarles.
Una vez más, me equivoqué.
Miéville nos fusila con una soberbia galería de criaturas y monstruos pictóricos. Nunca había leído nada parecido. Mezcla surrealismo con demonios y nazis, lo onírico con una ciudad sitiada en plena segunda guerra mundial. Puede que el epilogo me haya resultado un final de juego un poco confuso, pero el viaje ha sido muy entretenido.