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Aquello que dicen que las segundas partes nunca fueron buenas, en este caso no se cumple. Imaginé que se me haría pesada esta parte porque las segundas partes de las trilogías suelen ser un puente, una forma de cubrir el tiempo que pasa entre el primero libro y el último pero en ese caso, me ha mantenido igual de enganchada. Me he llegado alguna que otra decepción, alguna que otra pena y lo he disfrutado mucho. Contaba con pasar este puente algo hastiada porque esperaba repeticiones para cubrir y la realidad ha sido distinta. Me está encantado la evolución de los personajes. Sobre todo de Cristina. En breve comenzaré la tercera y última parte de esta trilogía romántica.
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