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Un libro muy curioso de la autora, Milena Michiko Flasar, austriaca de madre japonesa. El libro está ambientado en Japón, país donde ha pasado largas temporadas y con la que siente una profunda relación. “Le llamé Corbata” es un libro muy particular, sólo por el estilo en el que está escrito ya merece la pena leerlo. Diferente a todo lo que he leído. Los capítulos más largos tienen una página de extensión, las frases tienen una media de 5 palabras. Esto me resultó muy chocante al principio pero enseguida mi cabeza hizo click y conecté perfectamente con esta forma de expresión, que va en completa sintonía con la historia que se nos cuenta. El libro cuenta apenas con dos personajes, un joven hikikomori y un salaryman de mediana edad. Hikikomori son personas que deciden encerrarse en una habitación y se niegan a tener contacto con el exterior. Las causas son variadas: presión, ansiedad, depresión… (descripción muy simplificada, cogedla con pinzas y si os interesa os animo a leer más sobre el concepto). Salaryman es como se llama en Japón a los hombres de negocios, oficinistas, personas que trabajan en una empresa. Pues bien, el libro habla de la relación que surge de forma casual entre estos dos personajes. Una relación muy profunda y única, una amistad diferente. El estilo con el que está escrita la obra juega con el lector, que nunca sabe bien qué se está diciendo en voz alta y qué sucede en la cabeza de los protagonistas. Es absolutamente maravilloso. La novela, a pesar de su corta extensión, explora profundamente la psicología de ambos, sus traumas, sus miedos, sus vergüenzas, sus amores. Conoceremos cómo han llegado a la situación extrema a la que están, mediante confesiones y recuerdos, sabremos detalles de la vida matrimonial del salaryman y la enorme influencia de la amistad en el hikikomori, quien carga sobre sus hombros un enorme sentimiento de culpabilidad. Este libro es de los que lees en una tarde y te deja un poso que dura meses. Invita a la reflexión sobre la culpa que atormenta durante años, la gestión de los sentimientos, la fragilidad de la vida, la rutina… El libro supone una mirada abierta a la parte de nuestra mente, la más oscura, que ocultamos al mundo, pero con la que convivimos cada día. Es un libro muy curioso y profundo, quizá no para todo el mundo, pero que si consigues conectar con él, no deja indiferente. |
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