Llegamos al final de la saga de "Las Crónicas Lunares" ¡y menudo final! "Winter" se ha convertido sin duda alguna en mi favorito de la saga. A pesar de su grosor, no me ha aburrido en ningún momento y siento que todo lo ocurrido es necesario para el desenlace final. En este último libro se nos presenta mejor a Winter, el personaje principal que nos faltaba y, con ella, ya tenemos a todo el elenco de personajes sobre la mesa y listos para dar todo de sí. Las historias y los puntos de vista se van alternando y entrelazando en una trama que cada vez se une más para darnos un final trepidante e intenso que me ha encantado y me ha dejado más que satisfecha. En "Winter" cambiamos de escenario y nos trasladamos a la Luna, haciendo que este libro tenga la mayor carga distópica y revolucionaria que me ha recordado a otras distopías como "Los Juegos del Hambre". Me ha encantado ir descubriendo todos los rincones de la Luna y sus diferencias con la Tierra. Si bien es cierto que esta saga, en general, no tiene grandes giros y muchas cosas son previsibles, sus personajes llevan tan bien la historia que te da igual. Quieres ver cómo se enfrentan a todo lo que les ocurre y les deseas un final feliz. He sufrido muchísimo por ellos a lo largo de todo el libro y me he visto muy involucrada, ya que todos me encantan. Mis favoritos son Thorne, Cinder, Cress e Iko pero todos y cada uno de ellos se han ganado mi corazoncito. Todos salvo los taumaturgos como Aimery, Adri y Pearl y, por supuesto, Levana. Aunque he de decir que me ha parecido una gran villana. En resumen, "Las Crónicas Lunares" es una saga que va a más y su último libro me ha encantado de principio a fin. Me ha mantenido pegada a sus páginas, me ha hecho sufrir con sus personajes y nos ha llevado a un final intenso, lleno de acción y revolución. Una saga más que recomendada. |