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Bella es una adolescente que decide mudarse con su padre al pueblo de Forks para que su madre se sienta más libre de acompañar a su nuevo marido Phill en sus giras deportivas. Charlie es el jefe de policía del pueblo y ha vivido solo desde que las dos se fueron de allí, pero pronto hará lugar en su vida para Bella. Lo que ella no espera es que al llegar su vida cambie totalmente de un día para el otro al conocer a Edward Cullen, un misterioso chico que oculta un secreto muy importante, es un vampiro. Mi opinión: Pasaron más de 10 años desde que leí este libro la primera vez y hoy claramente puedo encontrar muchos problemas en la historia. En principio existen algunas inconsistencias en la trama, escenas que quizás no tienen sentido en el orden en el que son contadas o que se hacen un poquito incoherentes con otras líneas de la novela. A lo largo de la historia tenemos varios personajes que representan a los típicos adolescentes de las novelas juveniles, pero voy a concentrarme en los tres principales: Bella, Edward y Jacob. Este libro será el inicio de un triángulo amoroso en donde los tres personajes tendrán su grado de toxicidad y las relaciones que generan no son las mejores (ni un poquito). Bella es una persona de autoestima MUY baja que enseguida creará una obsesión por Edward, al punto de pensar únicamente en él, en que estará pensando, y que se enamorará automáticamente de una persona con quien desde el primer momento tendrá una relación de desigualdad, y no hablamos de los poderes de un vampiro versus un humano, hablamos de que sus decisiones serán totalmente desoídas y dejarán de tener importancia ya que Edward siempre sabe más. Desde otro punto de vista, Bella no tendrá problema en hacer lo necesario para conseguir la información que quiera, tal como hizo con Jacob. Básicamente la relación de estos dos irá girando en base a mantenerlo atento a ella (a pesar de que quiere a Edward) porque le proporcionará algo (compañía, amistad, información, etc.), y el personaje de Jacob resaltará por su actitud celosa (pero eso será más adelante jaja). Ahora sí, le toca al vampiro, Edward tiene una personalidad muy controladora e INTENSA. No tengo otra forma de describirlo, realmente es una persona que fomenta cosas que no pueden ser sanas en una relación, como tener el control constante o que se haga todo lo que el quiere sin importar las consecuencias. Escenas como ir a observarla toda la noche, o pequeñas muestras de violencia durante el libro, demostrarán que claramente su lado vampiro ha nublado un poco su juicio. Y hablemos de lo MÁS importante de todo, bajo ningún concepto una relación en la que el otro quiere morir si no pueden estar juntos, es sana. Nunca, no importa que tanto crean que están enamorados, pensar en suicidarse, o realizar acciones que ponen en peligro tu vida por llamar la atención será una sana actitud. Ok, agujeros en la trama, relaciones tóxicas entre otras cosas ¿porqué le estoy poniendo 5 estrellas? Bueno, porque este libro tuvo la capacidad de llevarme nuevamente a mis 18 años y revivir esa TENSIÓN que existe entre los personajes. Si uno no idealiza el romance en este libro, es una historia que se disfruta por la velocidad que tiene, porque uno espera pendiente a ver si Edward resistirá su tentación por la sangre de Bella, porque uno quiere descubrir que va a pasar en el próximo capítulo, si el la va a convertir o no, si seguirán juntos o no. El momento en que nos metemos en la trama principal, donde Bella descubre la leyenda y comienza a investigar si Edward es un vampiro, como cada ficha va cayendo en su lugar está muy bien planificado. Hay escenas en donde realmente quería leer más rápido porque quería saber como seguía la historia (y ya la conocía!!) pero es que realmente este libro te genera esa pequeña adicción por seguir entre sus páginas y no dejarlo. Esta relectura me encontró descubriendo nuevos pequeños detalles en la historia que se me habían pasado la primera vez que lo leí, pero tan atrapada como la primera vez. Y la nostalgia jugó un papel super importante en mi experiencia con el. ¿Está mal calificarlo así cuando le encuentro cantidad de problemas? No lo se, pero es imposible negar que en algunas escenas me encontré con la piel de gallina o un nudo en el estómago, que cuando lo terminé de leer, tenía una sonrisa enorme en la cara, y lo único que quería era arrancar el segundo para seguir con los personajes. Y si eso no es un libro cinco estrellas, nada lo es. |
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