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Segunda novela de Maribel Medina (Pamplona, 1969) y a su vez, segunda protagonizada por la pareja formada por el agente de la Interpol Thomas Connors y su ayudante, la forense Laura Terraux, personajes que se dieron a conocer en "Sangre de barro", también publicada por Maeva. La acción transcurre en Benarés, ciudad india que desempeña un papel fundamental en la novela y que se convierte en un personaje más del libro. La autora la describe como caótica: las calles no tienen nombre, los nacimientos no se registran, no se hacen autopsias, suburbios y basura por todos lados, miseria, corrupción… una ciudad que huele a muerte. La historia tiene elementos de la novela negra y del thriller, fraternidades secretas con psicópata de manual incluido y apuntes románticos, pero por encima de todo, mucha denuncia. La trama criminal alterna dos ámbitos muy alejados entre sí tanto en el tiempo como en su contenido. Por un lado tenemos las prácticas poco éticas de las farmacéuticas en sus ensayos clínicos y por otro tenemos una secta, la de los llamados thugs, que en el pasado fue una de las mayores organizaciones criminales del mundo. Por cuestión de gustos personales, me quedo sin dudarlo con la trama de la industria farmacéutica por realista e interesante. La otra, la concerniente a la secta, es más confusa (mucha mitología india, numerosos términos en hindi, rituales…) y, a mi modo de ver, desluce la intriga y hace que la trama pierda en verosimilitud a pesar de que la organización existiera realmente. De los personajes destacaría a Tanika, una niña, y a Dulal, el policía indio. La niña encarna lo más abominable de la sociedad india: la miseria, la orfandad, la prostitución, la dura lucha por la supervivencia… Dulal representa la honestidad dentro de tanta corrupción, la justicia y el esfuerzo por modernizar las técnicas de investigación policiales. En cuanto a los personajes occidentales (incluida la pareja protagonista), me ha superado su sarcasmo generalizado, inapropiado y fuera de lugar en situaciones que requerían un tratamiento más serio, como cuando el amigo de Thomas recibe un disparo. La novela es de lectura ágil y entretenida y donde mejor se maneja, en mi opinión, es cuando trata de denunciar (y lo consigue) tanto los métodos de investigación de la industria farmacéutica en países en vías de desarrollo como en lo concerniente a la dramática situación a la que se enfrentan los habitantes más desprotegidos de la India, los intocables. Para reflexionar, sin duda. |
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