La historia se basa en Rose, y debo admitir que la chica me ha agradado bastante (tampoco es como que la idolatre). Tiene los pensamientos típicos de una adolescente de 17 años, pero también la madurez necesaria para no ir metiendo la pata cada dos por tres, sus pensamientos en ocasiones me sacaban risas, así que la narración me resulto de lo más entretenida. La conexión de Rose con Lissa le permité al lector adentrarse también en la mente de esta princesa y no solo están enfrascados en la cabeza de Rose.
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