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Con esta tercera entrega tengo sentimientos encontrados. Por un lado, al conocer más el pueblo, los personajes y seguir avanzando en el tiempo, es más dinámica. No paran de ocurrir sucesos uno tras otro. Por otro, el misterio principal que rodea Elinor y Perdido, sigue ahí, mostrando situaciones y novedades sobrenaturales que no consigo hilar de ningún modo. Como si cualquier cosa fantasiosa o paranormal pudiera ocurrir sin motivos. Ese segundo punto que he comentado no me gusta de momento, porque a mitad de la saga esperaba tener algo más, y no que parece que esa parte va un poco como pollo sin cabeza. Sobre todo porque va pasando el tiempo, (desde que empezó hasta el fin de este tercer volumen han pasado diecisiete años, si no recuerdo mal), y en tantos años solo tener tres o cuatro muestras me resulta extraño. Hay demasiadas lagunas temporales para mi gusto. Ojalá se me despejen esas dudas en los siguientes volúmenes, porque de todos modos seguiré con la lectura ya que por la parte positiva me leí este volumen en dos suspiros. Me sigue gustando el estilo y el ambiente, y la manera de tenerme expectante durante todo el libro me hace disfrutar mucho el viaje. Y quiero confiar en que al final me cuadrarán las cosas, por extrañas que parezcan. Hay otro detalle a destacar, y es que con cada libro, la crueldad y despiadada forma de acabar con algunas personas va in crescendo, siendo incapaz de sospechar cómo podrá desaparecer la próxima víctima y quién será. ¿Te has adentrado ya en Perdido? |
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