Durante toda la lectura, tenía la sensación de que no eran adolescentes muy verosímiles. Demasiado cabezones, tomando decisiones absurdas y llegando a conclusiones extrañas. Si bien es verdad que están bien desarrollados, su actitud es forzada para crear la historia. La autora escribe muy sencillo y fluido. Además, al estar cada capítulo contado desde el punto de vista de un personaje diferente, se hace muy ameno y de rápida lectura. No destaca especialmente (en esta segunda parte en concreto) por detallar los distintos escenarios o contextos en los que se encuentran los personajes. Creo que falta trabajo en este aspecto. Ha sido una lectura entretenida, con unos personajes con los que no he empatizado y una historia bastante simplona e incluso forzada, en ocasiones. No tenía las expectativas altas y, aún así, no he podido disfrutarlo como sí lo hice con la primera parte. |