Para empezar, no está demás resaltar las peripecias que tuvo que hacer la autora para publicar, ya sabemos que las mujeres escritoras no la tuvieron fácil para dar a conocer sus obras y Louisa no fue la excepción. Lo intentó con otros escritos, sin éxito hasta que le pidieron escribir un libro para señoritas y ella se lanzó -a pesar de su reticencia - a narrar la historia de su familia. No es el libro que más disfrutó la autora, lamentablemente, pero es el que la hizo famosa. A pesar de esto, nos legó una obra hermosa, encantadora. Los primeros capítulos se desarrollan sin mucha acción, con lo cual tal vez parezcan aburridos. Pero llegando a la mitad del libro aparecen los problemas y se vuelve atrapante. El amor fraterno rebalsa las hojas de Mujercitas, estas niñas a pesar de las limitaciones impuestas por la pobreza y la guerra, demuestran que lo más importante es permanecer unidas y ese vínculo es lo que les dará más felicidad que cualquier dinero en el mundo. Crecer es difícil y más en medio de las necesidades que afrontan. Pero estas mujercitas van sorteando todos los obstáculos que implica ese crecimiento rodeadas de amor y listas para aprender cada día algo nuevo. Es un libro que me hizo llorar pero también me llenó de alegría. La narración es deliciosa y esta es la primera parte de 4 libros que cuentan la historia de esta hermosa familia. |