Por fin he leído la segunda parte de Mujercitas, conocida también como "Aquellas mujercitas". En esta parte se narra la evolución de las cuatro hermanas tras su adolescencia; principalmente se centra en la relación entre Jo, Amy y Laurie, el vecino y amigo de ambas, y el triángulo amoroso que surge. La historia está cargada de valores y mucha ternura, sobre las relaciones de amor y amistad. Quizás su forma de narrar como un tratado o manual de buenas costumbres, sobre lo que era políticamente correcto en la época y como debían comportarse las mujeres, no me ha convencido tanto, ya que resulta excesivamente moralista. Me ha gustado conocer como discurrió la vida de la familia March con el paso de los años. |