Aquellas mujercitas

Las hermanas March han madurado y ahora son unas bellas jovencitas que tienen que hacer frente a problemas más profundos que los del pasado, pero gracias a ellos van descubriendo quiénes son realmente y todo lo que pueden aportar no solo a sus amigos y familiares, sino también a ellas mismas. El drama es el elemento principal de esta pequeña pero gran novela, una vez más seremos partícipes de muchas de las penurias de la familia March, pero también se viven muchos momentos de felicidad, fortaleza y amor, tanto de índole familiar como romántico. Me gustó bastante que en esta ocasión la novela abarcara más de un año, pues la novela comprende muchos años, hasta tal punto que vemos cómo esas mujercitas se convierten en todas unas mujeres. La enseñanza de valores sigue estando presente y el papel de la familia sigue siendo igual de importante. Las hermanas March han madurado y ahora son unas adultas que tienen muchas más responsabilidades. Me encantó cómo fueron capaces de sacar fuerza para seguir adelante ante los obstáculos que les ponía la vida. En la primera parte las chicas eran más jóvenes, por lo que la madre era la encargada de enseñar a las niñas los valores necesarios para llegar a ser una buena persona, pero en esta ocasión la madre pasa a un segundo plano y serán otras personas las que ayuden a estas mujercitas. Meg se está preparando para su inminente boda con John; Jo sigue soñando con ser escritora, pero también se dedicará a hacer otras cosas; Beth sigue siendo la joven dulce y cariñosa que conocimos, pero todavía no se ha recuperado del todo de la enfermedad que tuvo; y Amy recorre toda Europa en compañía de su tía. Todas maduran bastante, pero la mayor evolución se da en Amy. Me gustó cómo actuó en muchas ocasiones. Por otro lado, Laurie se comporta como un inmaduro en casi toda la novela, por lo que le cuesta bastante madurar. La tía March no aparece tanto como en la primera parte, pero aparecen personajes nuevos, como el señor Bhaer. Como no podía ser de otra manera, la pluma de la autora sigue siendo igual de exquisita y la narración sigue siendo en tercera persona. Los capítulos siguen siendo largos y el final cerrado. Me ha gustado tanto como la primera parte, por todas las enseñanzas que desprende.