Las ranas también se enamoran

Todo comienza en la Feria de Abril. Las sevillanas no me gustan y aún menos la fiesta de Sevilla, pero para mí ha sido inesperado y original ver esta fiesta reflejada en un libro.

Las descripciones son breves y no profundizan demasiado: perfila a los personajes, los escenarios y los sentimientos.
Me gustan las conversaciones tan cercanas, donde se refleja el acento y la forma de hablar tan campechana de todos los personajes. Entre ellos destaca Marta por su carácter fuerte, impulsivo, descarado, peleón, deslenguado... Aunque ser así le causa más de un problema a lo largo de la historia y sus arrebatos a veces resultan inexplicables. La protagonista en un principio te cae bien, pero su carácter tan efervescente acaba cansando, y que sea una choni no me entusiasmó ni un poquito. En cuanto a Philip, no me pareció nada del otro mundo, y el resto de personajes no consiguieron llegarme.

La trama peca de previsible. En el resumen ya sabemos quién será la "rana" de la que se enamora la protagonista, y aunque no se trata del típico flechazo le anda muy cerca. Ese detalle me irrita, estoy cansada de amores a primera vista... La autora podría haber jugado mostrándonos a varios pretendientes para hacer que el lector adivine con cuál terminaría liándose... Lamentablemente, el libro pierde gas hacia la mitad. La trama se estira demasiado y se vuelve algo aburrida. El lenguaje es demasiado repetitivo, abusando de los diminutivos y las palabras soeces.

Había leído y oído comentarios que ponían por las nubes al libro, decían que era super divertido, y es verdad que tiene su punto de humor: me ha entretenido y ciertas frases que me hicieron gracia, pero tampoco es para tirar cohetes... Simplemente yo buscaba más risas y más originalidad. Es un libro rápido de leer, perfecto para pasar el rato y que no te haga pensar. Recomendaría leerlo en verano.

Saludos ;)