La Casa de la Orilla

Como opiniones hay muchas, voy a dar la mía.

Un rápido vistazo a la cubierta ya me llamó la atención. 𝑺𝒊𝒆𝒎𝒑𝒓𝒆 𝒉𝒆 𝒑𝒆𝒏𝒔𝒂𝒅𝒐 𝒒𝒖𝒆 𝒍𝒂𝒔 𝒏𝒐𝒗𝒆𝒍𝒂𝒔 𝒏𝒐𝒔 𝒃𝒖𝒔𝒄𝒂𝒏, 𝒒𝒖𝒆 𝒔𝒐𝒏 𝒆𝒍𝒍𝒂𝒔 𝒍𝒂𝒔 𝒒𝒖𝒆 𝒔𝒆 𝒂𝒄𝒆𝒓𝒄𝒂𝒏 𝒂 𝒏𝒐𝒔𝒐𝒕𝒓𝒐𝒔. Este este año además me he propuesto dedicar tiempo a los clásicos de la literatura. Invertir en ellos nunca es tiempo perdido, así que os cuento de qué va esta historia.

La Casa de la Orilla (The House on Strandd) se publicó por primera vez en 1969; ahora puedes encontrarla como novedad en la Alba Editorial.

El relato de la Casa de la Orilla es un relato sorprendente y maravilloso en el que el hilo de pensamiento de su protagonista, Dick Young, es la columna vertebral de esta historia. Young casado desde hace años con una viuda con dos hijos, su matrimonio pasa por una época delicada. Su mujer quiere que se traslade al otro lado del Atlántico a una terrible rutina como director de una editorial, a lo que Dick no está muy por la labor. Su mejor amigo y compañero de la universidad le insinúa que, si necesita un lugar para ir de vacaciones les dejaría su casa de Cornualles a su disposición, pero no sabía que tenía otras intenciones. Magnus investiga una nueva droga con un extrañísimo efecto: viajar al pasado y pretende que Young sea su conejillo de Indias. En una tarde ociosa, Young prueba la droga que le hace viajar al siglo XIV. Después de tragarse el brebaje, comienza a darle vueltas y tras sentirse contentísimo por haber pasado a otra época repite la experiencia para intentar conocer un mundo feudal del que se siente totalmente fascinado.

Con un ritmo regular y a la vez inmersivo, Young en primera persona es capaz de envolver al lector en una atmósfera perfecta. Cornualles con su insistente lluvia, las marismas, la sinuosa ría, el valle en el que se adentra la marea, un caserón antiguo aunque reformado, un priorato, el siglo XIV.

𝑻𝒐𝒅𝒐 𝒓𝒆𝒔𝒖𝒍𝒕𝒂 𝒅𝒆𝒍𝒊𝒄𝒊𝒐𝒔𝒂𝒎𝒆𝒏𝒕𝒆 𝒈ó𝒕𝒊𝒄𝒐. de hecho, el paisaje es una prolongación física del Dick Young que se ve implicado en un experimento y sus posibles efectos aunque él desea moverse entre los dos mundos.

Daphne du Maurier 𝒆𝒔𝒄𝒓𝒊𝒃𝒆 𝒄𝒐𝒏 𝒖𝒏𝒂 𝒔𝒆𝒏𝒄𝒊𝒍𝒍𝒆𝒛 𝒂𝒑𝒍𝒂𝒔𝒕𝒂𝒏𝒕𝒆 𝒑𝒆𝒓𝒐 𝒑𝒆𝒓𝒇𝒆𝒄𝒕𝒂. Su prosa es precisa y resuelta. Tal como me había imaginado al principio, es una lectura deliciosa que me tuvo cautivada durante varios días seguidos. El último giro de los acontecimientos, casi llegando al final, no puedo negar que me generó cierta intriga. Así que sin que fuera consciente, terminé... y me gustó tanto que seguiré leyendo a Daphne du Maurier.

𝑴𝒊𝒔 𝒊𝒎𝒑𝒓𝒆𝒔𝒊𝒐𝒏𝒆𝒔: Fui leyendo todo el relato con un interés temeroso. La historia contada desde la primera persona logró despertar mi curiosidad y tenerme enganchada a su relato. Leí con auténtica curiosidad, procurando entender el punto de vista de Young, un racionamiento de su situación. Sabía que su relato y la historia estaban siendo subjetivas pero eso lo hacía más emocionante.

La verdad es que esta novela ha sido un acierto. Así pues, si tenéis la oportunidad de leerla, no la dejéis escapar.
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