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Para mí la palabra hogar tiene una connotación importante. Así que leer un libro que nace del desplazamiento suponía aprender otras perspectivas contrarias de lo que supone para mí permanecer o, al menos, necesitar ese punto de partida, de estar. Es un libro rico en reflexiones. La vorágine de pensamientos que van surgiendo a raíz de la experiencia errante. El viaje, el conocimiento que acompaña al movimiento. “algunos seres solo alcanzan su equilibrio en el movimiento” También hay planteamientos, pues para unos, desplazarse es sinónimo de viajar. Y para otros es un desplazamiento obligatorio y ligado a la supervivencia, como estamos presenciando a día de hoy. Viajar por placer es un privilegio. Viajar no es lo mismo que migrar ni trasladarse. Un privilegio que históricamente ha estado reservadopara hombres, dejando a la mujer solo el espacio doméstico. Y para cuándo hemos viajado, siempre estaba la sombra de riesgos y miedos. Como he podido comprobar, desplazarse voluntariamente, el movimiento libre por distintos territorios, cuenta con muchas perspectivas y connotaciones. Sin duda es un libro para saber que hay términos que no tienen en absoluto un significado cerrado para todo el mundo. Y también para conocer el inmenso imaginario que puede existir alrededor del movimiento, de lo errante. |
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