Hierba de brujas: 39

a historia comienza con el duro nacimiento de Bernabé, un parto complicado que se llevó a su madre por delante, y su padre, el notario Juan de Urrutzia, roto por el dolor de haber perdido a su mujer, vuelca todo su odio y su desprecio con su hijo, al que no quiere ni ver en ningún momento. El chiquillo solo sentirá el amor enfermizo de la hermana de su padre que se hace cargo de él, pero eso no será por mucho tiempo, su padre lo arrancará de su hogar y lo llevará a un monasterio donde los monjes acabarán por ser su única familia. La falta de cariño lo transformará en un hombre ambicioso y frío que luchará por medrar en la sociedad y que poco a poco lo hará transformarse en un ser lleno de odio y prejuicios.
Quince años después, tras otro duro parto nacerá Loredi, una niña, la séptima niña de Balendin, también su alumbramiento se llevará a su madre. al ser la séptima hija llevará sobre ella la leyenda de que será una bruja, algo que hará que tanto su abuela como el resto del pueblo la rechace. Su padre no piensa dejarla en la estacada, es un pastor que se pasa la mitad del año en las montañas con su ganado, no se lo pensará dos veces, se la llevará con él e intentará criarla como pueda, dejando que el resto del mundo piense que ella ha muerto.

El tiempo hará que el camino de los dos personajes se cruce, la chiquilla será acusada de brujería por el fanatismo enfermizo de un Bernabé poderoso que se obsesionará con ella, sin que la pobre sea capaz de adivinar el porqué de esa inquina.
Lo que irá ocurriendo es lo que marcará a los personajes de la novela.

La ambientación es realmente buena, una tierra agreste, llena de bosques de en los que la creencia popular hace que vivan los más extraordinarios seres, cuando esa ignorancia, acompañada de envidias y rencillas políticas se dé de bruces con los jueces obsesionados con las brujas, habrá un caldo de cultivo bastante notable, que hará que numerosas personas, fundamentalmente mujeres sean señaladas como brujas y posteriormente quemadas en la hoguera.

Es también curioso observar como aquí es más un tema de justicia civil y otros personajes los que dan pábulo a la leyenda de las brujas y no tanto la iglesia ni la Inquisición, que se encuentra enredada con otros temas.

El miedo recorre las aldeas en unas tierras en las que lo pagano y lo religioso se han ido fundiendo de modo que es difícil deshacer las creencias. Los vecinos pueden ser amigos o enemigos lo que lleva a estar en permanente alerta.

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