Primer libro de la trilogía Herederos. Nos ubicamos en el reino de Valerya dominado por la religión politeísta, donde cuatro dioses muy diferentes entre sí regalaron sus dones a cuatro familias pertenecientes a la nobleza, disgregados con el paso del tiempo entre las diferentes clases sociales, rompiendo las crueles REGLAS del reino. En este contexto conocemos a nuestros tres protagonistas: Anna, una criada que es maltratada por parte de la familia de nobles a la que sirve: los Doyle. Bastien hijo de los Doyle, único heredero de la familia, a quien de niño prohibieron acercarse a Anna, aun así siempre se las ingeniaron para jugar a escondidas, hasta que un suceso hizo que Bastien se alejara de Anna y crecieran en una relación de criada y señor. Nuestra tercer protagonista, Lya perteneciente a una familia noble poderosa, es entregada a los Doyle como futura esposa de Bastien, conviviendo con ellos en el castillo de Grisea. La llegada de una noticia fatal: la muerte del Rey Nicolae Lux, pone en alerta al reino de Valerya, principalmente a la familia Doyle, obligándolos a sacar a luz un gran secreto que cambiará la vida de nuestros protagonistas para siempre, especialmente la de Anna. Ante la necesidad de salvaguardar sus vidas, Anna, Bastien y Lya, se verán obligados a tomar caminos diferentes que los conducirán a una encrucijada en la que tendrán que decidir por qué luchar, por qué vivir y por quién morir. La trama es atrapante, no hay página que te sientas aburrido, te engancha de principio a fin, es una fantasía épica muy ágil de leer, la narrativa de Belén es envolvente y agradable, haciendo que te sumerjas en la historia y no puedas soltar. Los personajes muy bien desarrollados, con carácter y personalidad bien definido hacen surfear tus emociones. Me ha gustado mucho, estaré expectante a la publicación del segundo libro, porque ha quedado un final... ¡Que necesito seguir leyendo! |