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Adriana, una joven española de 27 años, se encuentra estudiando en la ciudad de Osaka. Su espíritu aventurero la ha llevado a embarcarse en el viaje de su vida, un viaje que significará un antes y un después en su destino. En la residencia donde convive con inquilinos provenientes de distintos países del mundo, entenderá el significado de amar para toda la vida. Adriana no puede evitar enamorarse de un joven coreano llamado Yeong. Un joven que la vuelve loca con solo mirarla. Un joven que, en poco tiempo, consigue llenar su corazón de felicidad y emoción. Los sentimientos se le desbordan, la pasión recorre cada poro de su piel cuando están juntos, pero la tradición, las decisiones y la vida se interpondrán entre ellos. Yeong es un joven idealista, con un objetivo claro en la vida y el amor, aunque arrasa con todo y ha conseguido colarse en él, no es su prioridad. ¡Cuánto se arrepentirá de ello cuando pasen los años! Con una narración poética, llena de metáforas y una emoción palpable en cada página, la autora nos lleva en un viaje en el que Adriana nos enseñará diversos rincones del país, además de tradiciones y una cultura fascinante. Adriana se empapará de todo lo que va conociendo, además de sentir el amor como un terremoto que arrasa con todo, como el que vive en su estancia en Osaka. En esta historia corta, veremos cómo el amor se puede convertir en un arma de doble filo; pero también puede ser el salvavidas que necesitas en medio del mar o un paraguas en medio de una tormenta. El amor es intenso y los protagonistas entenderán que las decisiones que se toman en la vida pueden trastocar tu mundo y dejarlo hecho trizas. Me ha gustado esta novela donde se mezcla una bonita historia de amor con tradición y cultura y donde la protagonista toma las riendas de su vida para ser feliz. Me ha sorprendido la pluma de la autora y he aprendido aspectos sobre la cultura japonesa que no conocía. Si les gustan las novelas pasionales, ambientadas en Oriente, les recomiendo esta lectura. |
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