Diario de un viejo cabezota

“En determinadas circunstancias puede pasar cualquier cosa en cualquier lugar”

Se decide no escribir en el aquí y ahora para alejarse o retroceder. Hacia delante, sin mirar atrás, puedes resolver conflictos pasados, crear nuevos e incluso dibujar y ordenar un nuevo mundo. al antojo del autor. Algo muy típico de novelas de corte más juvenil que idean nuevos ordenes mundiales. A la misma vez, puedes escribir imaginando un más allá para soltar lo que que ya vivimos desde aquí. Seguir en ese nuevo mundo, con sus reglas pero, para identificar e intensificar los mismos problemas que en este año vivimos. Dejame decirte que como bien sabes no son pocos. Debo pensar que al escribirla nunca imaginó un años así, si no, quizás, no hubiera hecho falta situarnos en un distópico 2066. Una nueva guerra mundial, independencia de Cataluña...

Leo que el autor estuvo encerrado 99 días (y sus noches) para escribir sobre un mundo arrasado por enfermedades y guerras. Sin cuarentena.

Un señor, ya anciano, con sus 89 años vividos empieza a escribir un diario encerrado en un antiguo manicomio. Son tres meses donde todo ha cambiado pero, permanece la vida. Agarrarse a ella a través de unas hojas sueltas para que quede escrita. Una biblioteca, restos de libros inservibles y un manuscrito que encuentran los editores. Hay juventud, la que es nuestro ahora, la que nos trae al presente.

Lo mismo no hace falta irse tan lejos para seguir teniendo el mismo miedo que tuve ayer, que tendré mañana. Todo para al final escuchar la palabra más bonita que se puede oír.
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