Cien veces yo

Crecí leyendo libros de "Barco de vapor" y más de treinta años después, tener este libro en las manos hace que mi mente viaje a mi infancia. Qué tiempos tan distintos, y viene muy bien reflejado en la historia. Antaño no se "estilaba" tanta extraescolar, que es lo que le sucede a la protagonista. Tiene tantas tareas además del colegio que no tiene tiempo ni de respirar (como decimos los adultos), y la pobre no puede disfrutar de actividades que deben ser esenciales en la vida de los niños, como disfrutar de la familia, jugar, ¡incluso aburrirse! Incita a pararse a pensarlo. A veces, cargamos a los niños con tantas tareas que apenas les queda tiempo libre para ser niños, así que me ha gustado el enfoque, me parece una suerte de crítica muy acertada. En cierto momento, nuestra protagonista se encuentra con la posibilidad de solucionar esto... ¿Cómo? ¿Y qué hará ahora que tiene tanto tiempo? Está muy bien planteado, pero se nos desinfla el final. Y digo "nos" porque mi hija de diez años también lo ha leído. No le costó trabajo identificarse con Natalia, pero, después de tanta peripecia, de las consecuencias de ese deseo cumplido, parece que no ha aprendido nada. Nos ha faltado la moraleja, y el final no es que sea abierto, es que parece que Natalia vuelve al punto de inicio, y no nos ha terminado de convencer a ninguna de las dos. Pero es únicamente nuestra opinión, algo subjetivo. Es un libro de lectura sencilla y rápida, y las ilustraciones son muy bonitas.