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Primer libro que leo de Verónica Martí y lo cierto es que la tendré en cuenta para futuras lecturas. Pau tiene 35 años y tras una noche de diversión se despierta en una cama que no es la suya y abrazada a alguien que casi no conoce, con quien nunca habría pensado que compartiría sábanas y esta situación consigue desestabilizarla emocionalmente. Durante las siguientes semanas, en ese viaje de descubrimiento, en el que tiene que tener en cuanta diversos factores, descubre a los que serán junto a sus padres, sus verdaderos pilares, porque la vida, esa que te deja vivir grandes alegrías, también te pone a prueba y nos enseña lo que es realmente importante. Si el personaje de Pau me hizo acordarme de una buena amiga, a la que por suerte conservo a mi lado, debo decir que los personajes de Nicole y Héctor son tan especiales que siempre tendrán un lugar especial cuando recuerde esta historia. Un libro que nos recuerda lo efímera que puede ser nuestra vida, la importancia que debemos darle a la familia, el amor, la amistad y centrarnos en intentar ser felices cada día de nuestras vidas aunque sea un instante. Verónica Martí con este libro consigue poner nuestros sentimientos en un puño desde el que gotean las lágrimas vertidas. Lo recomiendo. |
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