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Con los libros de Isabella Marín siempre me ocurre lo mismo, no encuentro las palabras exactas para describir las sensaciones que me producen, tiene una capacidad impresionante para hacerte sentir igual que a sus personajes, en este caso Adrien y Serena, dos jóvenes de mundos opuestos pero con un detalle en común, una carga triste y dolorosa por una infancia y adolescencia que desean olvidar. Ese pasado es que les marca para el resto de su vida, aunque uno desea olvidar y otra es partidaria de hablar ciertas cosas para intentar conocerse mejor. A lo largo de los años vamos viendo la evolución de cada uno y como esas vivencias han afectado a su carácter y su forma de reaccionar antes determinadas situaciones. Como siempre, la resolución es sorprendente e inesperada. Lo recomiendo sin ninguna duda. |
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