En el camino de Jellicoe

Me tiré a la piscina con esta lectura porque era el primer libro elegido por el grupo creado por @natinbooks para el reto #unlibroeninglesalmes que organiza este año. No tenía ni idea de qué iba la historia y lo cierto es que me pasé las primeras casi 100 páginas más perdida que un pulpo en un garaje, porque la narración alterna dos líneas temporales (el presente y el pasado en forma de un relato inconexo y desordenado que ha escrito una de los personajes) y cuesta un montón entender lo que pasó/está pasando.

Básicamente tenemos un cóctel conformado por un grupo de adolescentes y niños que viven en una especie de internado, los chicos del pueblo cercano y un grupo de “cadetes juveniles” que pasan el verano en un campamento “¿pseudomilitar?” en los terrenos anexos al internado. Hay un juego como de bandas, en el que pelean entre ellos por el territorio. Desaparece una persona. Reaparecen viejos conocidos de los protagonistas… en fin, una historia de adolescentes extraña.

Me obligué a proseguir con la lectura y acabarlo y la verdad es que al final va mejorando un poco, porque empiezas a entender cosas, la narración se ordena, se hace más ligera y los protagonistas interactúan más entre ellos. Y conseguí engancharme en las últimas 100 páginas, en las que me eché unas risas y la historia se hizo más interesante, aunque muy previsible.

¿Lo recomendaría? Mmmmm, creo que no, salvo que no tengáis nada más que leer alrededor o que necesitéis una lectura ligera de las de no pensar.