 |
«¿Por qué motivó un bebé que ya me hablaba, que jugaba a darme patadas, que reía si le hacía cosquillas, que gemía de felicidad al saborear la idea de un futuro juntos, tenia que irse así, sin despedirse? ¿Por qué un utero cálido y acogedor debía transformarse en una tumba helada?» ⠀ El aborto espontáneo que sufre Dacia Maraini es la semilla de la que brota este ensayo titulado ‘Cuerpo feliz. Mujeres, revoluciones y un hijo perdido'. También así, Perdido —Perdi—, es como la autora llama a ese hijo imaginario que nunca llegó a nacer, y con quien sigue manteniendo conversaciones. Con él habla sobre la historia olvidada de las mujeres, el patriarcado y los derechos ganados en los últimos años. A través de un relato intimista que nace del dolor más puro va trazando una genealogía de carácter político llena de datos históricos que invita a seguir ampliando una vez terminado el libro: la tradición misógina que los antiguos filósofos y pensadores, el machismo en la Iglesia Católica y su temor a la libertad sexual de las mujeres, o —devolviéndome a lo que leí en el ensayo de Anne Carson hace unas semanas— la materialización del eros femenino y su trascendencia erótica. ⠀ Aunque son muchas las cosas reseñables sobre las que habla, quiero rescatar aquí el concepto que da nombre al ensayo. Este “cuerpo feliz” es aquello que imploraban las mujeres de los tiempos romanos a la divinidad maternal. Un cuerpo que fuese fértil, pero que también tuviese pensamientos y deseos, proyectos y sueños. Una herencia que, poco a poco, fueron perdiendo las mujeres, siendo relegadas únicamente al cuidado. ⠀ En general he disfrutado mucho con este ensayo que, aunque principalmente se dedique a trazar pinceladas sobre diversos temas y a veces se eche en falta un poco más de profundidad, se trata de una lectura ligera con una estructura muy original —convirtiendo a su hijo fantasma en otro protagonista más— que se ve reforzado por el estilo claro de la autora. Me deja con ganas de seguir leyendo otras de sus obras. |
>
